Empiezan a llegar a las Islas Baleares de los primeros 10.000 turistas que abrirán esta temporada de verano marcada por la pandemia de COVID-19. Los viajeros serán sometidos a una serie de protocolos para evitar la extensión de los contagios. Las primeras medidas comienzan ya en pleno vuelo donde los visitantes deberán rellenar unos formularios para facilitar su seguimiento por parte de las autoridades sanitarias y policiales españolas.
Una vez en el aeropuerto serán sometidos a controles de temperatura y serán alojados en hoteles especialmente habilitados para atenderlos. se trata de un acuerdo entre el gobierno balear y las principales cadenas hoteleras que trabajan en el archipiélago.
La llegada a las terminales se hará de forma diferente dependiendo de la procedencia de los viajeros. Es el caso de aquellos ciudadanos que vuelan entre islas o procedentes de la península. También tendrán un itinerario específico los turistas que intentan llegar a las islas con una justificación y que son obligados a mantener una cuarentena. Finalmente está este grupo de visitantes que llegan bajo este programa piloto que no están obligados a confinarse.
Una vez en sus centros, los turistas serán atendidos por el personal de los hoteles que durante los últimos días han recibido formación especial para trabajar con protocolos anticovid elaborados por las autoridades sanitarias. Han sido jornadas de entrenamiento con compañeros para tener un contacto directo con las normas y procedimiento a seguir.
El Ejecutivo balear también ha dispuesto una serie de apartamentos destinados a aquellos casos que den positivo durante su estancia en las islas. Las autoridades sanitarias han garantizado que recibirán el mismo tratamiento que cualquier otro residente.
La llegada de estos primeros turistas ha despertado las esperanzas de muchos comercios de la zona que esperan poder recuperar cierta normalidad. Por el momento, no todos han abierto y los que lo han hecho ya tienen implantadas las medidas de higiene impuestas por el decreto de vuelta a la nueva normalidad. se trata de la obligación de uso de mascarilla y geles desinfectantes, así como la limpieza y desinfección de todas las superficies de los locales ya sean comercios o restaurantes.
A pesar de estar ya en la fase 3, las autoridades de Baleares no han permitido la apertura de los locales de ocio nocturno para evitar la masificación de estas zonas y poner en riesgo una desescalada que se promete esperanzadora para la economía de las islas.