¿Alguna vez te has despertado de una pesadilla deseando con todas tus fuerzas poder controlar tus sueños? Volar, besar a tu crush, aprobar ese examen tan difícil o salir de fiesta. Todo sería posible en lo que los expertos denominan ‘sueños lúcidos’, episodios en los que la persona es consciente de que está dormida y, por lo tanto, puede dominar sus sueños. ¿Lo mejor de todo? Que se puede aprender mediante una técnica muy sencilla.
A la hora de definir los sueños lúcidos debemos dejar de lado cualquier creencia mística. No son algo que deba asustarnos. No son una experiencia paranormal. No son un estado hipnótico. No es el argumento de la película 'Inception' ('Origen', en español). Simplemente es una forma de vivir nuestros sueños de forma consciente.
Seguro que alguna vez has tenido una pesadilla y al darte cuenta de que estabas soñando, te has despertado de golpe. Los sueños lúcidos van un pasito más allá. En vez de alcanzar el umbral de la vigilia y despertarte asustado, adquieres el control del sueño al ser consciente de que estas soñando. Si bien suena paradójico, es algo más habitual de lo que creemos.
Lo más interesante de los sueños lúcidos es que nos permiten dirigir nuestras ensoñaciones como si fuésemos el mismísimo Quentin Tarantino (seguramente con menos sangre, eso sí). Si quieres sobrevolar el cielo o bucear en la playa rodeado de delfines, puedes. Si te apetece declararte a la chica que te gusta, es tu oportunidad. Si necesitas recordar a tu abuelo, que falleció hace años, allí estará para darte un abrazo.
Todas las personas hemos experimentado un sueño lúcido alguna vez, pero a menudo lo olvidamos al despertar. Sucede sobre todo durante pesadillas muy ansiógenas. Progresivamente va aumentando nuestro nivel de activación, encendiéndose nuestro córtex cerebral como si de un interruptor se tratase. Esta área es la encargada de controlar lo que pensamos o sentimos de manera consciente. Cuando se pone en marcha, es capaz de darse cuenta de que la pesadilla no es real y manda una señal al resto del cerebro «keep calm, estás soñando».
Al darte cuenta de que estás soñando pueden suceder dos cosas:
Si nunca has sido capaz de controlar tus sueños, no tires la toalla. Es posible aprender a soñar lúcido, reduciendo la intensidad de nuestras pesadillas o incluso induciendo este estado cuando estamos soñando algo placentero. Pero, ¿cómo?
La técnica de la reflexión crítica surgió en el ámbito de la psicología clínica. Inicialmente era un tratamiento para quienes padecían trastorno de pesadillas. Es decir, personas con sueños muy angustiosos y, sobre todo, recurrentes.
Ante esta situación había dos caminos:
La técnica es muy sencilla. Solo tienes que hacerte varias veces al día la siguiente pregunta: «¿Estoy soñando?». estás despierto, responderás «no, estoy despierto».
El objetivo es no dar por sentado que estamos despiertos y comenzar a reflexionar sobre nuestro estado de vigilia. De esta forma, convertiremos el hábito de preguntarnos si estamos soñando en un hábito automático y aumentarán las probabilidades de que nuestro ‘yo dormido’ se haga esa misma pregunta.
Si nos preguntamos si estamos soñando en plena noche, inevitablemente nos daremos cuenta de que nuestra ensoñación dista mucho de la realidad.
Por ejemplo, te costará recordar cómo has llegado a situación. Simplemente apareciste en la universidad o en un bar, sin ser consciente de los minutos u horas previas. También notarás que algunos objetos no funcionan de forma habitual, como los móviles, los relojes o incluso los espejos.
Las cosas más cotidianas estarán ligeramente distorsionadas, y al ser consciente de ello también serás consciente de que estás en mitad de un sueño.
Las primeras veces es posible que te despiertes de golpe, pero con la práctica continuada es posible aprender a controlar lo que soñamos o, en otras palabras, a soñar lúcido.