La alarma y el temor se propagan en la localidad de O Incio, en Lugo, a medida que crecen los contagios por coronavirus. 87 ancianos han dado positivo en una residencia, o dicho de otro modo, 7 de cada 10 residentes de la instalación han obtenido un resultado confirmatorio. Además, el número de casos entre los trabajadores también se ha elevado en las últimas horas, con hasta 26 contagiados. Y todo ello a pesar de que la Xunta de Galicia intervino el geriátrico la semana pasada.
El avance de la enfermedad es rápido y, ante el temor, algunos vecinos han decidido confinarse.
Ahora, entre ellos se realizan cribados al tiempo en que se efectúa el rastreo de los contactos de los positivos. Autoconfinados, las calles de la localidad lucen desiertas, según los propios vecinos: “La gente no sale. Haces la compra, vas a la farmacia o cosas de esas”, cuenta uno de ellos.
El de la residencia de O Incio, de hecho, es el mayor foco de coronavirus en Lugo, y el brote está relacionado con el de Monforte: “Son poblaciones cercanas a las que tenemos que acudir mucho”, cuentan.
Tras más de un centenar de pruebas, el brote de Monforte cuenta ya con más de 89 casos.
Por otro lado, también en Almería aumenta el miedo y la resignación. En el ‘Centro residencial para Mayores El Zapillo‘ los contagios también aumentan: hay 93 infectados.
“Conozco gente que tiene familia dentro y todavía no saben ni les dan información de cómo están”, denuncia una vecina, mientras otro denuncia que “no se puede estar con esa incertidumbre”.
Del mismo modo, en Candeleda, localidad situada en la provincia de Ávila, se ofrece apoyo psicológico a las familias de los afectados por otro brote de COVID-19 en otra residencia de mayores con más de 90 casos.
Mientras, en Burbáguena, Teruel, regresan a su residencia los ancianos que no estaban contagiados y tuvieron que ser aislados cuando apareció un brote en su geriátrico. Ahora, faltan 12 de los hospitalizados como consecuencia del virus.