El contagio por COVID-19 seguirá siendo considerado como contingencia profesional derivada de accidente de trabajo para el personal que presta servicio en centros sanitarios o socio-sanitarios, según ha aprobado este martes el Consejo de Ministros en un Real Decreto-ley. Esta prórroga se produce desde el 1 de agosto de 2020 hasta que las autoridades sanitarias levanten todas las medidas de prevención adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria del coronavirus.
Para obtenerlo se deberá acreditar a la Seguridad Social el contagio mediante el correspondiente parte de accidente de trabajo que deberá haberse expedido dentro del mismo periodo de referencia. El pasado 26 de mayo ya se aprobó la ampliación de la cobertura para este colectivo.
Hasta entonces ese tipo de contingencias se consideraban de carácter común asimiladas a accidente de trabajo sólo en la prestación económica por incapacidad temporal y, a partir de ese momento, se tratan como contingencia profesional derivada de accidente de trabajo para todas las prestaciones (viudedad, orfandad, etc). Esto supone una mayor cobertura para los casos en que dicha enfermedad cause incapacidad permanente o el fallecimiento para estos trabajadores.
El Real Decreto-ley 19/2020, de 26 de mayo, establecía esta consideración hasta el mes posterior a la finalización del estado de alarma, siendo por tanto la fecha de finalización del reconocimiento de esta contingencia el 22 de julio de 2020.
"Con la disposición aprobada hoy, esta medida se extiende hasta que las autoridades sanitarias decreten el levantamiento de todas las medidas de prevención adoptadas para hacer frente a esta crisis sanitaria", señalan en una nota.
Por otra parte, el psiquiatra e investigador predoctoral de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, Salazar de Pablo, avisó de que el impacto de una segunda ola de contagios del nuevo coronavirus puede ser "devastador" para la salud mental del personal sanitario.
"Creo que se ha trabajado mucho y se han establecido medidas para proteger a los sanitarios y a toda la población, y en caso de infección optimizar los recursos y el tratamiento. Sin embargo, en cuanto a preparación a nivel psicológico, lamentablemente, todo apunta a que el impacto de una segunda ola puede ser devastador", dijo con motivo de la publicación hace una semanas de una revisión de estudios en el 'Journal of Affective Disorders' sobre el impacto que ha tenido la pandemia del Covid-19 en los profesionales sanitarios.
El experto llamó la atención sobre la baja frecuencia de síntomas de estrés postraumático en profesionales expuestos al Covid-19, si bien cree que es posible que aumente de manera considerable en los próximos meses. "Algunos científicos se refieren a este posible efecto a medio-largo plazo como la cuarta ola", ha apostillado.
En este sentido, y según sus resultados, a nivel físico lo más frecuente ha sido que aquellos profesionales sanitarios con una infección por coronavirus desarrollen fiebre (75,9%), tos (47,9%), mialgias o dolores musculares (43,6%), escalofríos (42,3%), fatiga (41,2%), dolores de cabeza (34,6%), disnea o dificultad respiratoria (31,2%), dolor de garganta (25,3%), nauseas o vómitos (22,2%) y diarrea (18,8%)