Cómo fluyen las partículas llenas de coronavirus en un coche
Los científicos mapearon cómo fluyen las partículas llenas de virus en un coche
"Para las furgonetas y las camionetas" sería beneficioso abrir todas las ventanas
La mejor estrategia, abrir las ventanas opuestas a cada persona
La investigación sobre la posibilidad de contagio en espacios cerrados se ha centrado los últimos meses en hospitales, colegios o centros comerciales. Sin embargo, los espacios de la vida cotidiana también pueden suponer riesgos en cuanto a la propagación. Por ejemplo, los coches.
Desde luego, un automóvil normal no transporta suficientes personas como para provocar un evento superpropagador, pero presentan sus propios riesgos: son espacios pequeños y sellados que hacen que la distancia interpersonal sea imposible, además de que en ellos se quedan atrapados los aerosoles, las partículas transportadas por el aire que pueden transmitir la covid19.
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En un nuevo estudio, un grupo de investigadores de la Universidad Brown, según informa NYT, usaron simulaciones computarizadas para mapear cómo fluyen las partículas llenas de virus por el interior de un vehículo. Sus resultados, publicados a principios de enero en la revista Science Advances, sugieren que abrir ciertas ventanas puede crear corrientes que protegerían tanto a los pasajeros como a los conductores de enfermedades infecciosas, como el coronavirus.
El aire que circula dentro de la cabina suele fluir de la parte trasera del vehículo hacia adelante
Para llevar a cabo el estudio, el equipo de investigación empleó lo que se conoce como simulaciones de dinámica de fluidos computacional. El equipo simuló un coche parecido a un Toyota Prius conducido a 80 km/h con dos personas: un conductor en el asiento delantero de la izquierda y un solo pasajero en el asiento trasero de la derecha, un acomodo común en taxis y vehículos de transporte que maximiza el distanciamiento recomendado.
En su análisis inicial, los investigadores descubrieron que la forma en que el aire fluye alrededor del exterior del coche en movimiento crea un gradiente barométrico dentro del automóvil, con la presión del aire en el frente ligeramente menor que la de atrás. Como resultado, el aire que circula dentro de la cabina suele fluir de la parte trasera del vehículo hacia adelante, según el rotativo neoyorquino.
Después, los investigadores modelaron el flujo de aire interno y el movimiento de aerosoles simulados con diferentes combinaciones de ventanas abiertas o cerradas (en todos los casos el aire acondicionado estaba encendido). La tasa de ventilación, evidentemente, era menor cuando todas las ventanas estaban cerradas. En este caso, aproximadamente el 8 o 10 % de los aerosoles expelidos por una de las personas llegaba a la otra persona, según la simulación.
En cambio, cuando todas las ventanas estaban completamente abiertas, las tasas de ventilación se elevaron muchísimo y el flujo de aire fresco sacó muchas de las partículas aéreas del auto; solo de 0,2 a 2% de los aerosoles simulados viajaron entre el conductor y el pasajero.
Abrir las ventanas a la mitad parecía ofrecer el mismo beneficio que abrirlas totalmente
No obstante, no siempre es práctico tener todas las ventanas bien abiertas, sobre todo en pleno invierno, por lo que los científicos también modelaron otras opciones. Descubrieron que la solución aparentemente más intuitiva (que el conductor y el pasajero bajen cada uno su ventana) era mejor que tener todas las ventanas cerradas, pero una estrategia aún mejor era abrir las ventanas opuestas a cada persona. Esa configuración permite que el aire fresco fluya por la ventana trasera de la izquierda y salga por la ventana delantera de la derecha, lo cual ayuda a crear una barrera entre el conductor y el pasajero.
En un estudio de seguimiento, el cual todavía no se publica, se descubrió que abrir las ventanas a la mitad parecía ofrecer el mismo beneficio que abrirlas totalmente, mientras que solo bajarlas un cuarto era menos eficaz. Los hallazgos generales probablemente son válidos para muchos vehículos de cuatro puertas y cinco asientos, no solo para el Prius.
"Para las furgonetas y las camionetas, sí diría que abrir todas las ventanas, o al menos dos, podría ser más beneficioso. Más allá de eso, estaría extrapolando demasiado", señaló Mathai, una de los principales autores. Las compañías de transporte deberían alentar este tipo de investigaciones, destacaron los especialistas.