Dietas, ejercicio, recetas milagrosas...son muchas las estrategias para conseguir perder peso pero no siempre funcionan como deberían. En realidad, mantener un peso adecuado es posible llevando una serie de hábitos saludables de una manera mucho más sencilla que cualquier otra fórmula mágica. Las cenas abundantes o un tiempo prolongado frente a las pantallas son algunos de las costumbres a evitar si se quiere perder peso.
Apostar por cenas poco abundantes bajas en grasas y en azúcares es otro de los hábitos recomendados por los expertos para mejorar la calidad del sueño y por tanto el consumo de calorías no sólo durante el día sino también mientras dormimos.
Es habitual que si comemos mucho por la noche luego nos cueste conciliar más el sueño. Por eso lo más recomendable es cenar alimentos ligeros o esperar un par de horas desde que se come hasta que se va a dormir.
El consumo excesivo de televisión u otro tipo de pantallas luminosas en los momentos previos a irse a dormir se traduce directamente en un empeoramiento de la calidad del sueño y en la pérdida de uno de los principales hábitos de vida saludable que permiten mantenerse en un peso adecuado.
Dormir menos significa descansar peor y descansar peor significa tener menos energía al día siguiente para practicar deporte o llevar a cabo cualquier otro hábito de vida saludable. A menudo el sedentarismo se agrava con el tiempo porque al pasar mucho tiempo sentados delante del ordenador o de la televisión no tenemos fuerzas.
Los investigadores han comprobado que bastaría reducir al 50% el tiempo de exposición a la televisión para perder hasta 120 calorías más cada día, lo que se traduce directamente en una disminución del exceso de masa corporal de entorno a 5kg al año.
En este sentido, los expertos aseguran que no es necesario dejar de ver la televisión por completo sino que basta con reducir el consumo para empezar a experimentar una mejora de la salud. Otra opción sería ver la televisión en otro momento del día y dejar para los momentos a dormir otro tipo de actividades que no interfieren en la calidad del sueño como por ejemplo leer o escuchar la radio.