Una dieta rica en vitamina C, proteínas y carbohidratos ayuda a reforzar el sistema inmune ante los virus
Realizar algo de ejercicio y un buen descanso favorecen el sistema inmune en invierno
Con la llegada del invierno llegan los resfriados y la gripe. El frío debilita nuestro sistema inmune y nos hace vulnerables ante los virus, por eso es importante hacer caso a los consejos de los expertos y protegernos debidamente para evitar ponernos malos en las fiestas navideñas. ¿Quiénes deben tener más cuidado y qué hay que hacer para estar realmente a salvo del frío?
El cuerpo es sabio. Cuando el frío se impone, el cuerpo activa un rosario de mecanismos para calentarse: tiritamos, nos frotamos las manos, se nos pone la piel de gallina, nos entumecemos… Pero hay maneras de ayudar al organismo a mantenerse calentito y reforzar nuestro sistema inmune para pasar un invierno sin resfriados y otras infecciones virales.
¿Quiénes son las personas más afectadas por el frío?
El frío no afecta igual a todo el mundo. Los colectivos más vulnerables son las personas mayores, junto con los niños y los enfermos crónicos. El consumo de ciertos medicamentos altera los mecanismos que regulan la temperatura corporal, lo cual puede influir, así como el nivel socioeconómico y el ambiente donde se trabaja. Las personas que trabajan al aire libre se exponen más al frío y a sus consecuencias.
Cómo proteger el sistema inmune del frío
Hay diferentes maneras de reforzar las defensas del organismo ante el frío.
En primer lugar, con una dieta saludable y equilibrada que favorezca la producción de energía calorífica. Sustancias naturales como el propóleo refuerzan nuestro sistema inmune; otras como la vitamina C tienen propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Es aconsejable reducir la ingesta de azúcar y harinas refinadas, y optar por vegetales, frutas y otros alimentos como el jengibre o el cacao, que contienen polifenoles y potasio, entre otros elementos que nos harán más resistentes ante los virus del invierno, sobre todo si acostumbramos a entrenar o trabajar al aire libre.
Controla el estrés y cuida el descanso. El estrés perjudica al sistema inmunológico porque altera las funciones de nuestro organismo. Ejercicios como el yoga o la meditación ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, así como un correcto descanso, en un lugar ventilado con la temperatura adecuada, y dejando a un lado la tecnología, incluidas televisiones y tablets.
Getty Imagestelecinco.es
El ejercicio físico mejora el sistema inmunológico, además de favorecer la liberación de endorfinas (la hormona de la felicidad) y ayudarnos a gestionar el estrés y la ansiedad.
Getty Imagestelecinco.es
Refuerza las defensas de forma natural con alimentos probióticos o productos naturales de herbolario o farmacia. Está demostrado que la soja, ciertos yogures, la jalea real o la equinácea le vienen de perlas a nuestro organismo en invierno.
Getty Imagestelecinco.es
Bebe mucho líquido como agua, infusiones o zumos y deja a un lado el alcohol. Las primeras te ayudan a entrar en calor, mientras que las bebidas alcohólicas favorecen su pérdida.
Por último, asegúrate de abrigarte en condiciones, con gorro y guantes incluidos si es necesario, para proteger las zonas por las que nuestro cuerpo pierde calor. En casa, controla la temperatura para que esté al menos a 20 ºC.