La vista es uno de nuestros sentidos más importantes. A través de él percibimos la mayoría de los estímulos en nuestro día a día y enviamos información al cerebro sobre nuestro entorno y todo lo que sucede en él. No proteger los ojos del sol como es debido, una mala iluminación o el uso excesivo de dispositivos electrónicos son pequeñas acciones y gestos frecuentes que pueden acabar perjudicando la visión, e incluso derivando en patologías más graves. Por ello, te damos una serie de consejos esenciales para mantener una buena salud ocular.
Tanto para trabajar, como para realizar tareas cotidianas en casa, tener una correcta iluminación es fundamental para no forzar la vista. Las consecuencias de usar la luz adecuada en las diferentes estancias pueden derivar en fatiga visual, dolor de cabeza, estrés, e incluso problemas posturales.
Si trabajas con el ordenador, lo ideal sería trabajar en un entorno donde predomine la luz natural, aunque es recomendable utilizar cortinas para reducir los posibles reflejos del sol en el rostro y los monitores. Si el espacio de trabajo es oscuro, debes iluminarlo artificialmente.
Móviles, tablets, ordenadores… para que pasar tanto tiempo ante una pantalla no te cause problemas, debes tomarte descansos, parpadear con frecuencia, mantener la distancia adecuada de la pantalla y no verlas en la oscuridad. Si llevas gafas graduadas, puedes tratar las lentes con filtro azul, un filtro desarrollado específicamente para proteger los ojos de los efectos de la excesiva exposición a la luz LED que desprenden las pantallas.
Usa gafas de sol todo el año para protegerte de los efectos nocivos de los rayos UV y las radiaciones solares. Recuerda que las gafas deben ser homologadas y los cristales deben tener el filtro de protección adecuado para el entorno o la actividad que vayas a realizar.
Limpiar correctamente tus lentillas tras cada uso con el producto recomendado por tu óptico-optometrista y siguiendo las instrucciones para hacerlo de manera correcta, no solo evitará que se llenen de impurezas y suciedad que pueda provocarte alguna infección ocular, sino que durarán más tiempo en mejores condiciones.
Una dieta sana y equilibrada puede ayudarte a mantener en buen estado la salud de tus ojos. La vitamina A protege las células oculares y puedes encontrarla en la zanahoria, el tomate, el melocotón, el brócoli o el mango. El Zinc y el Selenio, presente en legumbres y arroz integral, son unos estupendos antioxidantes, y los ácidos Omega-3, que se encuentran en el salmón y otros pescados grasos, así como en el aguacate y en las nueces, ayudan a prevenir problemas de retina.
Realizar unos sencillos ejercicios oculares diariamente puede ayudarte a mantener tu salud visual y a prevenir enfermedades al relajar y destensar los ojos y toda la musculatura que los rodea.
Para evitar la sequedad ocular te recomendamos que realices descansos si trabajas ante la pantalla, que parpadees con más frecuencia y que uses lágrimas artificiales si así te lo ha indicado el especialista.
Hay muchas patologías visuales que no son perceptibles hasta que están muy avanzadas. La única manera de detectarlas cuando son muy incipientes es a través de revisiones oculares, por eso es recomendable fijar una cita anual para tu examen visual y no saltárselo.