Protección solar, hidratación y otros consejos para el cuidado de la piel en verano
Usar factor solar elevado es una regla básica para proteger nuestra piel durante todo el año, y mucho más en verano
La hidratación es básica para mantener la salud y elasticidad de tu piel, evitando las arrugas prematuras
Consume más antioxidantes: frutas y verduras frescas te ayudarán a proteger tu piel ante los factores externos
El verano es la época por excelencia para la ropa ligera y las largas horas junto al mar. Sacar nuestra piel a relucir se convierte en una necesidad para paliar los efectos del calor, y también en todo un placer para los sentidos. Pero todo esto tiene su contrapartida: nos encontramos más expuestos que nunca a elementos externos como el sol, el cloro de las piscinas, el salitre del mar... y todo ello puede provocar problemas como sequedad, quemaduras, envejecimiento prematuro... ¿Cómo cuidar tu piel en verano para minimizar cualquier impacto negativo y sacar el máximo partido a los elementos que nos rodean en estos meses?
Consejos para el cuidado de la piel en verano
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El agua helada y el salitre en la piel, la sensación de bienestar que nos provoca estar expuestos al sol... El verano es sin duda una temporada perfecta para desarrollar el sentido del tacto y disfrutar de todo lo que la naturaleza nos ofrece. Sin embargo, es importante no excederse y tener siempre en cuenta que debemos mantener nuestra piel hidratada y protegida para evitar dañarla o que envejezca de forma prematura.
Por eso el primer consejo que te dará cualquier dermatólogo es que no olvides bajo ningún concepto usar protección solar elevada, tanto en la playa como en la piscina, de excursión... y cada vez que salgas a la calle. Ten en cuenta que muchos casos de cáncer de piel aparecen en zonas especialmente expuestas, como la nariz o, en general, el rostro o el pecho. Utilizar un factor solar elevado debería ser la regla general todos los días del año cuando se trata de estas zonas de nuestro cuerpo. Además, comprueba que se trate de un protector solar de amplio espectro, que proteja tu piel de la radiación UVA y UVB.
En este sentido, también se recomienda evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día, es decir, entre las 12 y las 16 horas aproximadamente, ya que en esta fracción del día los rayos inciden de manera más intensa y directa, y el daño que pueden provocar es mayor.
Además, la hidratación es básica para mantener la salud y elasticidad de tu piel. Y es que la falta de agua provoca la aparición de arrugas prematuras y, en general, reduce la luminosidad de la piel, además de no ayudar a equilibrar la cantidad de grasa de nuestra piel ni a mantenerla limpia.
No solo se trata de usar cremas hidratantes de calidad con cada ducha, sino también (y sobre todo) de beber mucha agua a diario, sobre todo teniendo en cuenta que durante el verano sudamos más y perdemos más líquidos, por lo que es necesario reponerlos y equilibrar la balanza teniendo en cuenta la climatología.
No olvides las zonas con más tendencia a la sequedad (talones, codos, rodillas...) y recuerda que beber mucha agua también te ayudará a reducir la presencia de celulitis. En el caso de los talones, toma las medidas necesarias para evitar o reducir posibles durezas, ya que en verano es frecuente que el uso de calzado abierto (y su consecuente exposición a la sequedad del ambiente y al sol) haga que aumente su incidencia.
Por último, cuida tu alimentación y consume más antioxidantes: frutas y verduras frescas te ayudarán a proteger tu piel ante los factores externos.