El confinamiento estricto a causa de la pandemia de covid nos afectó a todos en mayor o menor medida. Lo sufrimos los adultos pero para los más pequeños fue especialmente difícil. En su caso, esa falta prolongada de contacto social ha provocado un incremento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental.
"Pasaron de ser niños a ser adolescentes. Un año y medio encerrados con papá y mamá en casa, sin ver amigos ni ir al colegio", explica una mujer.
Una situación que algunas familias llevaron mejor, pero para otros fue más complicado. "No tienes una forma de evadirte, estás metido en casa todo el día", afirma un joven.
Rita Antón, psicóloga de la Unidad de Menores de Conductas (ITA), asegura que "han aumentado entre tres y cuatro veces los casos de depresión y de ansiedad. Estamos hablando de datos muy preocupantes". También otras secuelas como los trastornos de alimentación, agresividad e inseguridad, que se han destapado con la vuelta a la normalidad.
Muchas familias han tenido que solicitar ayuda de ámbito privado para sus hijos. "Hay que entender lo que le pasa y plantear la mejor forma de ayudarlo", resalta Antón.
Por ello, reclaman un mayor número de recursos públicos destinados a la salud mental, para que ellos puedan recuperar más fácilmente su bienestar psicológico y emocional.