Los expertos están de acuerdo en que el confinamiento obligado por la pandemia del coronavirus ha alterado el reloj biológico del sueño y la necesidad de dormir en función de las horas que llevamos despiertos. Así lo asegura Francisco Javier Puertas, Jefe de la Unidad del Sueño del Hospital de la Ribera y profesor de la Universidad Católica de Valencia (UCV), en una conferencia telemática sobre las dificultades del sueño generada por la excepcional situación vivida en los últimos meses.
“El reloj biológico es el director de orquesta de nuestro sistema neuro hormonal, que sincroniza el sueño con el ciclo de luz y oscuridad. Al estar aislados o tener menos actividad en el exterior y exponernos a la luz de forma menos intensa y más irregular, se han dado señales al reloj interno biológico, alterando las señales potentes de vigilia y de sueño", explica Puertas, que añade que, en circunstancias normales, "todos los días ayudamos a que este reloj se ponga en hora". Aunque también existen aspectos “emocionales y cognitivos” que favorecen que el día sea el periodo de actividad de la persona y la noche, el de reposo.
Los factores que alteran la regulación emocional "tienen un impacto directo en el sueño". Por ello, "la queja genérica de las personas que acuden a consulta por alteraciones del sueño, también durante el confinamiento, es el insomnio", indica. Este concepto "no solamente se refiere al hecho de no poder dormir, sino también al de despertarse mucho por la noche, despertarse demasiado temprano, no poder volverse a dormir cuando uno se despierta por la noche o, en general, tener un sueño de mala calidad o percibido como no reparador".
“Ninguna de las generaciones vivas había pasado por un periodo de dos meses de confinamiento con miedo a contagiarse o a que sus seres queridos enfermaran y muriesen, con los problemas laborales que ha generado también. Esto ha contribuido a que se desarrollen dificultades relacionadas con el sueño”, razona Puertas. A su juicio, lo primero a tener en cuenta para recuperar el sueño es que “a mayor preocupación por dormir, peor se dormirá. Poner mucha atención en cuidar el sueño y que este sea bueno se convierte en un factor desencadenante de dormir mal y, además, perpetúa el problema”.
El experto advierte de que el momento de despertarse en una situación de insomnio es “muy importante. Aunque se hayan dormido pocas horas, hay que levantarse a la misma hora de siempre, desayunar y que te de el sol de la mañana, estos son los estímulos más potentes, junto al cansancio, para que el sueño aparezca 16 horas después”.
Un 69% de españoles dice haber cambiado sus rutinas de ejercicio y actividad física a causa del confinamiento, y el 38% ha visto afectada su calidad del sueño, según la investigación "Hábitos saludables y estilo de vida durante el confinamiento por la pandemia de la Covid-19", el primer estudio mundial, a través de encuestas virtuales hechas en España y Brasil.
De los resultados preliminares de las encuestas contestadas durante los primeros quince días se desprende que el 69% de los españoles ha cambiado "moderada o completamente" sus rutinas de actividad física, un 76% ha mantenido sus hábitos nutricionales y dietéticos; y un 38% ha tenido "cambios sustanciales" en la calidad del sueño, que se ha visto afectada "por completo o de forma moderada". Además, el 34% de los españoles había cambiado de forma completa o moderada sus estrategias para mejorar el estrés.