Cómo saber si estás sufriendo un ataque cardíaco y cómo actuar

El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea el flujo de sangre que va al corazón. Por lo general, el bloqueo es una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias que forman una placa en las arterias que alimentan el corazón (arterias coronarias) y puede ser mortal. Por este motivo, en caso de tener síntomas compatibles con un ataque cardíaco, también llamado infarto de miocardio, es de suma importancia llamar primero a emergencias.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Los síntomas de un ataque cardíaco varían según la persona, e incluso algunas personas pueden no presentar ninguna sintomatología. Sin embargo, cuantos más signos y síntomas tengas, mayor es la probabilidad de que estés teniendo un ataque cardíaco.

Algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. La primera advertencia podría ser un dolor o una presión en el pecho recurrente (angina de pecho) que se desencadena con el esfuerzo y se alivia con el descanso. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.

Además del anterior es común experimentar dolor o sensación de compresión en los brazos, que puede propagarse hacia el cuello, la mandíbula o la espalda, náuseas, indigestión, ardor de estómago o dolor abdominal, falta de aire, sudor frío, fatiga y aturdimiento o mareos repentinos.

¿Cómo actuar?

Lo primero que debes hacer es llamar a emergencias. Si crees que estás teniendo un ataque cardíaco, no dudes. Llama de inmediato al 911 o al 112 y conduce solamente si no hay otras opciones, ya que el trastorno puede empeorar, al conducir te pones a ti mismo y a otros en peligro.

Según Mayo Clinic, también es recomendable tomar nitroglicerina si tienes la prescripción del médico o aspirina, si el médico te lo recomienda, debido a que esta puede reducir el daño cardíaco al evitar que la sangre forme coágulos. Sin embargo, la aspirina puede interactuar con otros medicamentos, de manera que no la tomes a menos que el médico o el personal médico de emergencias te lo recomienden cuando llames a urgencias.