La respuesta a la pregunta de cómo saber si tu crema solar está caducada puede parecer obvia: basta con mirar la fecha de caducidad del envase, como haríamos con cualquier otro producto. Sin embargo, a nadie se le escapa que son miles los españoles que utilizan crema solar de forma defectuosa, muchas veces por intentar 'estirar' su vida útil de verano a verano.
Además, a veces nosotros mismos provocamos que este producto se eche a perder antes de tiempo, por ejemplo, almacenándolo de forma inadecuada. El resultado es poner en peligro nuestra piel y exponernos a quemaduras y a enfermedades cutáneas. ¿Cómo asegurarnos de que la crema solar se encuentra en buen estado? ¿Qué podemos hacer para que se conserve mejor?
La forma más sencilla de saber si, en principio, un bote de crema solar se encuentra en buen estado o si, por el contrario, se encuentra caducado, es consultar la fecha que indica el propio envase. Se trata de una fecha de uso preferente, aunque siempre se recomienda que, si la crema se comenzó a utilizar en una temporada anterior (es decir, en este caso, el verano pasado), se opte por comenzar un envase nuevo y dejar de usar el antiguo. Y es que el hecho de haber permanecido abierta durante largo tiempo puede provocar que deje de ser todo lo efectiva que debería.
Por ejemplo, no es raro que, al usar una crema del verano anterior, ésta haya dejado de tener una textura homogénea, por mucho que la agitemos. Esto puede deberse a su exposición a altas temperaturas, a que no se haya cerrado correctamente... o, en general, sencillamente, debido al paso el tiempo. Si cambia de aspecto, de color o tiene un olor desagradable, no debemos utilizar la crema solar, tal y como apunta la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Además, aunque no hayamos abierto el envase en ningún momento, debemos tener en cuenta que la fecha de caducidad seguirá siendo la misma, independientemente de que no la hayamos utilizado jamás. Para conocer cuándo debemos desecharla una vez abierto nos tocará buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta y el número que hay en su interior.
De forma orientativa, este tipo de producto suele caducar a los 9 meses o al año tras su apertura, o bien en su fecha de caducidad. Estos tiempos pueden empeorar si su almacenamiento no es el adecuado: las cremas solares deben guardarse siempre bien cerradas y en un lugar seco, sin exposición a la luz solar.
Por último, conviene recordar que siempre debemos usar un factor solar elevado y que es mucho mejor 'pasarse' que no llegar: de forma general, los expertos recomiendan utilizar siempre factor de protección alta (SPF 50) en las primeras exposiciones solares y solo en algunos casos, y a medida que la piel se acostumbre y desarrolla protección natural (el bronceado), se puede reducir la intensidad pasando a una protección SPF 30.
Con todo, lo mejor es quedarnos en un factor elevado: también tu bolsillo te lo agradecerá, ya que evitarás comprar distintas cremas para la misma temporada y terminar desechando la mitad de cada una.
Sobre todo si tu piel es muy blanca, recuerda que siempre deberás usar un factor elevado. Además, no olvides repetir la aplicación cada poco tiempo, especialmente en las horas centrales del día y siempre que vayas a pasar largas horas al sol. Y no solo en la playa, sino también en excursiones: a más altura, más incidencia de los rayos solares.