Despertarse pronto: lo que hacemos mal y nos impide madrugar
Despertarse pronto es la gran pesadilla de muchas personas: aprende a hacerlo in esfuerzo con esos consejos
Ya lo dice el refrán: “El que tiene buena noche, no puede tener buen día". Normalmente, las dificultades para levantarnos temprano no tienen que ver con la hora que marca el despertador por la mañana, sino con lo que hemos hecho durante la jornada anterior. No hace falta trasnochar para estropear las posibilidades de tener un día productivo y salir de la cama descansados y listos para afrontar el día: a veces, pequeños gestos pueden alterar nuestro descanso y hacer que se nos peguen las sábanas, sobre todo si nada nos obliga a madrugar. ¿Cómo levantarse pronto de forma natural y sin sufrimiento? ¿Qué pautas seguir para ser una persona ‘mañanera’? Porque el cómo duermes dice mucho de ti.
Cómo levantarse temprano: consejos para madrugar sin sufrir
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Si quieres ganar la batalla diaria con tu despertador y levantarte por ti mismo cargado de energía, toma nota de estos consejos para levantarse temprano:
- Reduce la intensidad de tus actividades diarias de forma paulatina. A última hora, todo lo que hagas debe tender a la relajación. Por ejemplo, leer, prepararte para ir a la cama, escuchar música tranquila, charlar con tu familia... Se trata de ir preparando el cuerpo para el momento de descansar.
- Evita las pantallas. Es la regla de oro (y la que más cuesta cumplir). Móviles, ordenadores, televisores, tabletas... deberían estar prohibidos en el dormitorio, y son los grandes responsables de una mala calidad del sueño. Ni qué decir tiene que dormir con una pantalla encendida afecta muy negativamente a tu descanso.
- Acuéstate a la misma hora cada día y respeta las horas de sueño necesarias. Ya sabemos que debemos dormir una media de 7 u 8 horas diarias, aunque este patrón puede cambiar en cada persona: lo importante es que lo conozcas y lo cumplas, así como que intentes irte a la cama más o menos a la misma hora cada día.
- Evita el deporte a última hora. Te alterarás demasiado y te resultará difícil conciliar el sueño. Lo mejor es conocer qué efecto tiene en ti el ejercicio en cada momento del día y usarlo a tu favor.
- Evita el alcohol. Sabemos que hay ocasiones que lo merecen, pero debes saber que consumir alcohol por las noches perjudicará la calidad de tu sueño. Puede que caigas redondo en la cama, pero no descansarás igual.
- Busca un motivo para madrugar. Si algo nos supone un esfuerzo y no encontramos un motivo para llevarlo a cabo, lo más natural es que terminemos por no hacerlo. Necesitas encontrar una motivación para madrugar: aprovechar mejor tu día, ir al gimnasio, quitarte el trabajo más importante ante de que empiece a sonar el teléfono... En general, madrugar te ayudará a sacar más partido a tu día.