Enzo, tras el divorcio de sus padres: "Entender que mi padre me había manipulado fue dolorosísimo"
Una psicóloga analiza al detalle las características de la manipulación y describe cinco red flags para identificar esta forma de violencia psicológica
El documental ‘Contar la verdad para seguir viva’ de Rocío Carrasco ha provocado un debate sobre la manipulación y el chantaje emocional en el ámbito familiar y de la pareja
La manipulación es un fenómeno psicológico que nos afecta a diario, incluso cuando no somos conscientes. En publicidad, política, redes sociales e incluso nuestra familia lidiamos con técnicas de persuasión, chantaje emocional y gaslightning (o luz de gas) con un objetivo en común: controlar lo que pensamos e influir en nuestra conducta.
¿Qué es la manipulación?
MÁS
Como acabamos de ver, la manipulación es el proceso psicológico que busca modificar la cognición y comportamiento de una persona o grupo. Además, tiene una serie de características:
- Hay una diferencia de poder. Quien ejerce la manipulación a menudo se escuda en su estatus, sus conocimientos, su capacidad para castigarte o su relación contigo.
- Una persona se beneficia y otra sale perjudicada. Cuando alguien te manipula, su objetivo es conseguir algo a menudo privándote de tus propias libertades o haciendo daño a una tercera persona.
- Es un proceso sutil. Esta es la principal diferencia entre la manipulación y la argumentación; ya que cuando debates con alguien tú sabes que te quiere convencer ofreciéndote ciertos argumentos. En cambio, quien manipula no lo hace abiertamente. Su objetivo es que cambies de parecer, pero creyendo que ha sido todo idea tuya.
Este fenómeno ha sido catalogado por muchos expertos como un precedente al maltrato o incluso una forma de violencia psicológica, siendo muy habitual en las relaciones de pareja y familiares tóxicas. Algo que hemos podido ver en el documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'.
Los 5 tipos de manipulación
Detectar la manipulación no es fácil, pero hay algunas señales que pueden indicar patrones peligrosos en nuestras relaciones.
- El chantaje emocional. Un chantajista emocional busca hacer sentir culpable a su víctima con frases como “si no haces eso significa que no me quieres”, equiparando el amor al control cuando son cosas totalmente opuestas.
- La distorsión de la información. El arma más poderosa de alguien que desea manipular es la falta de información. Ocultar detalles, cambiar su versión constantemente o mentir deliberadamente son algunas de las red flags.
- Los argumentos de autoridad. En la manipulación es habitual aludir a los conocimientos (“yo sé más que tú”), a la experiencia (“con todo lo que he vivido me tienes que hacer caso”) o a las consecuencias hipotéticas (“si no me haces caso ya verás qué mal te va”).
- La personificación de la maldad. Como hemos visto, la manipulación suele perjudicar a una tercera persona. El manipulador convierte a la víctima en un completo demonio merecedor de cualquier castigo, personificando todo lo malo en ella.
- Los estereotipos y prejuicios sociales. Algunos sesgos que entran en juego son los relacionados con el sexismo, la homofobia, la transfobia o el racismo.
Todas estas formas de manipulación son objeto de debate en redes sociales a raíz del documental ‘Contar la verdad para seguir viva’, en el que Rocío Carrasco cuenta cómo fue víctima de luz de gas, maltrato físico y psicológico, y un constante juicio por parte de su exmarido y padre de sus hijos.
Su testimonio ha provocado una oleada de llamadas al teléfono de atención a víctimas de violencia de género, y también ha demostrado la importancia de aprender a identificar la manipulación tanto en pareja como en el ámbito familiar.
Me están manipulando, ¿y ahora qué hago?
El primer paso es poner nombre a lo que te está sucediendo. A muchas personas les cuesta admitir que están siendo manipuladas y a menudo consienten este comportamiento, lo excusan o incluso se responsabilizan.
Este fue el caso de Enzo, un joven de 19 años que sufrió los daños colaterales tras el divorcio de sus padres. "Para mí entender que mi padre me había manipulado fue dolorosísimo, porque siempre había sido mi figura de referencia y no concebía que me hubiese hecho algo así", confiesa. Sin embargo, las mentiras, el chantaje emocional y los ataques a su madre se convirtieron en una constante.
"Tenía 17 años y todavía era menor, así que era complicado. Ahora que ya ha pasado el tiempo me he dado cuenta de que eso fue lo que es, una manipulación y otra forma de maltratar a mi madre por parte de mi padre", afirma con rotundidad. "Estoy seguro de que él me quiere porque es mi padre, pero en aquel momento vio en mí la mejor forma de hacer daño a mi madre".
Llegado a ese punto, Enzo se armó de valor y retomó la relación con su madre. "Ella jamás me ha echado en cara lo que pasó, pero cada vez que veo a mi padre él sí me cuestiona que me haya vuelto a llevar con ella. Ahí se ven las diferencias", relata.
El segundo paso tras detectar la manipulación es protegerte. ¿Cómo?
- Tomando distancia. No le debes nada a esa persona; tampoco una excusa para desaparecer de su vida. Por eso lo mejor es distanciarte durante una temporada.
- Bloqueando en redes sociales. Corta el contacto de forma drástica. Ni WhatsApp ni Instagram, lo mejor es alejarte del todo.
- Hablando del tema con un ser querido. Sin tabúes ni vergüenza, cuenta a alguien con quien tengas confianza lo que te está sucediendo. El apoyo social es fundamental en este momento, y tener gente cerca que te cuida y que te quiere te ayudará a lidiar con la situación.
En tercer lugar, es importante prestar atención a las secuelas de la manipulación. Una relación cargada de chantaje, mentiras y posesividad puede provocar baja autoestima, ansiedad, miedo a las relaciones o depresión. Si eso te sucede, pide ayuda profesional.
El cuarto paso es evitar confrontaciones innecesarias. Un manipulador puede seguir escribiéndote aunque hayas desaparecido de tu vida, normalmente prometiendo que “va a cambiar” o incluso culpándote de lo sucedido. La mejor reacción si esto sucede es no ceder.
Finalmente es recomendable pecar de precavidos. Si crees que la manipulación solo es la punta del iceberg y que estás viviendo una situación de maltrato, asesórate legalmente, sobre todo si tras cortar el contacto con esa persona, sigue insistiendo o incluso te está acosando. Cuando sientes que tu seguridad está en peligro, ninguna respuesta es exagerada.