Desde que tomo antidepresivos no me excito ni tengo orgasmos, ¿qué puedo hacer?
¿Es normal que por tomar antidepresivos me cueste excitarme o no tenga orgasmos? Según los expertos, sí
Hasta 7 de cada 10 personas que toman antidepresivos presentan disfunciones sexuales: las más habituales son anorgasmia, disminución del deseo sexual, eyaculación retardada y pérdida de la erección
Una psicóloga comparte cinco recomendaciones para mejorar tu libido y tu vida sexual si estás tratando tu depresión con antidepresivos
La sexualidad es mucho más que el contacto físico durante el sexo. Abarca la intimidad emocional, el apego hacia la otra persona y, también, la capacidad de excitarnos y sentir placer erótico.
Entender su complejidad puede ayudar a las personas a disfrutar de la sexualidad de una forma más plena. Por ejemplo, hay quienes se sienten incómodos con el acto físico del sexo, pero buscan la sensación de intimidad con su pareja. En cambio, algunas personas no quieren ningún tipo de vínculo y solo quieren disfrutar del placer durante el coito.
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Sea como sea, la sexualidad es una parte muy importante de nuestra vida y cada persona la construye a su manera. Sin embargo, no es estable. Cambia a lo largo de nuestra vida y también puede verse influenciada por situaciones excepcionales, entre ellas sufrir un problema de salud mental.
La depresión es uno de los trastornos psicológicos que más afecta a la sexualidad, pudiendo provocar apatía y disminución de la libido además de otros síntomas. Cuando la persona pide ayuda profesional, en algunos casos además de la indispensable terapia psicológica se le pautan antidepresivos. Estos fármacos pueden provocar un efecto secundario inhibitorio sobre la sexualidad: te empieza a apetecer tener relaciones sexuales, pero no eres capaz de excitarte o no logras alcanzar el orgasmo. ¿Por qué ocurre esto?
Los antidepresivos y su efecto sobre la sexualidad
En la sexualidad influyen factores psicológicos, pero también biológicos, y es innegable el papel del cerebro en el placer.
Los antidepresivos actúan precisamente en ese órgano: el cerebro. Y aunque su efecto terapéutico es combatir la depresión, en ocasiones pueden afectar a otras áreas alterando las fases de la respuesta sexual.
Dichas fases son cuatro:
- Deseo. Son los pensamientos, emociones y sensaciones que nos predisponen a tener relaciones sexuales.
- Excitación. Cuando el deseo es alto, podemos excitarnos físicamente. Es aquí cuando aparece la erección del pene y del clítoris, la elevación de los testículos y la lubricación.
- Meseta. Se produce cuando la excitación se mantiene y se estimulan las zonas erógenas. Esta fase se caracteriza por sensaciones preorgásmicas, que indican que estamos a punto de alcanzar el orgasmo.
- Orgasmo. Es el clímax sexual, que en hombres se materializa con la eyaculación y en las mujeres con la liberación de fluidos de las glándulas de Bartolino y de Skene, además de la sensación física y mental de placer extremo.
Los antidepresivos pueden afectar a cualquiera de estas cuatro fases, y este efecto secundario se produce precisamente por su acción terapéutica. En otras palabras, para tratar la depresión, los antidepresivos aumentan los niveles de serotonina del cerebro, una sustancia que regula el estado de ánimo.
El problema es que al aumentar los niveles de serotonina, bajan los niveles de dopamina y de prolactina. La dopamina y la prolactina están relacionadas con el deseo sexual y la capacidad de excitarnos. Si se reduce su concentración, el glande y el clítoris pierden sensibilidad, es más difícil conseguir una erección o lubricar, y se retrasa el orgasmo.
Cómo evitar los efectos secundarios sexuales de los antidepresivos
Un estudio del departamento de psiquiatría de la Universidad de Toronto reveló que entre el 30% y el 70% de las personas que son tratadas con antidepresivos presentan una disfunción sexual, siendo las más habituales la anorgasmia y la disminución del deseo sexual en mujeres, y la eyaculación retardada y pérdida de la erección en hombres.
¿Cómo sé si mis probabilidades de desarrollar efectos secundarios son de 30 o de 70 por ciento?, te preguntarás. Como vemos, el intervalo del porcentaje es muy amplio. Esto ocurre por qué hay antidepresivos que tienen más probabilidad de provocar efectos secundarios sexuales, y porque cada persona reacciona a los medicamentos de una manera.
Para evitar los efectos secundarios sexuales de los antidepresivos, las recomendaciones médicas y psicológicas son:
- Pide un cambio de antidepresivo. Muchas personas dejan de tomar antidepresivos porque los efectos sexuales son muy molestos. Antes de llegar a este extremo, habla con tu psiquiatra y pídele un cambio de medicación. No tengas vergüenza, no eres la primera persona a la que le ocurre, y no tienes que sufrir innecesariamente.
- Refuerza otras fases de la respuesta sexual. Si tienes dificultades para lograr el orgasmo, céntrate en otros aspectos de la sexualidad. Por ejemplo, en las caricias, en la estimulación o en la intimidad física y emocional. No tienes que medir tus logros sexuales en función de si tienes un orgasmo.
- Utiliza juguetes. Una forma de mejorar tu placer es añadir nuevas herramientas para reducir la monotonía. Esas herramientas pueden ser los juguetes eróticos. Busca en una tienda de tu ciudad o en internet y prueba hasta encontrar el que más te gusta. Y recuerda… ¡Los juguetes sexuales también se utilizan en pareja!
- No trates tus problemas sexuales como un tabú. Habla con tu pareja para que entienda cómo te sientes y para que no se culpabilice ni te culpe a ti. Incluso puede acompañarte a la consulta con el psiquiatra para entender mejor la situación.
- Pide asesoramiento a tu psicólogo. La terapia psicológica es la que más efectividad ha demostrado para tratar la depresión. Si vas al psicólogo, aprovecha y explícale los efectos secundarios de la medicación. Habla con él de tu disfunción sexual para que te ofrezca herramientas específicas que te puedan ayudar. Al igual que con tu psiquiatra, no debes tener vergüenza ni miedo a que te juzgue.