Los abusos sexuales en la infancia son una realidad en nuestro país afectando solo en España a entre un 10% y un 20% de la población, según la ONG Save the Children. Sin embargo, se invisibilizan ya que la mayoría de los casos suceden en el ámbito del hogar y es habitual que no lleguen a la justicia.
Concretamente, solo se denuncian un 15% de los casos, tal y como ha evidenciado el informe 'Ojos que no quieren ver' de la organización Save the Children, y cuando se recurre a la justicia solo 3 de cada 7 denuncias acaban en condena. En otras palabras, la desprotección de los menores ante los abusos sexuales es preocupante en nuestro país.
Recientemente hemos visto en televisión cómo Sofía Cristo, hija de Bárbara Rey y Ángel Cristo, se derrumbaba en directo confesando que sufrió abusos sexuales cuando era pequeña. Carlos Sobera, presentador del formato en el que concursa la DJ, contestó así: "Lo que estás contando es muy grave. Es una cosa que hay que denunciar porque destroza vidas. Esto no estaba preparado. No era un secreto con el que vinieras a jugar. 'La casa de los secretos' no va de eso. Lo único que podemos hacer es agradecerte este ejercicio de sinceridad y honestidad como has hecho".
Ignorados y silenciados, estos niños crecen en un entorno en el que no se sienten seguros desarrollando una sexualidad precoz y enfrentándose a retos psicológicos para los que no están preparados.
Alba tenía 3 años cuando su abuelo paterno abusó sexualmente de ella por primera vez, o al menos a esa edad se remonta su primer recuerdo. Esta situación se repitió hasta que cumplió 8 y su abuelo comenzó a desarrollar Alzheimer siendo ingresado en una residencia. “Lo vives como si estuvieses desde fuera. Eres muy pequeña, pero sabes que eso no está bien y de alguna manera intentas evadirte, no pensar en eso. Yo a día de hoy tengo muchas lagunas de memoria de aquella etapa, pero sé perfectamente lo que pasó”, relata a Yasss la joven de 28 años.
“Cuando mi abuelo fue ingresado, yo sentí alivio. Recuerdo que no quería ir a verle a la residencia y me ponía mala de la tripa o con fiebre. No fingía. Me ponía mala de verdad. Es como si mi cuerpo reaccionase así para protegerme”, recuerda. “Y cada vez le fui viendo menos. Una vez a la semana y ya, y era el peor día. Mis padres me obligaban a darle dos besos y yo solo quería morirme o que él se muriera cuanto antes”. Cuando Alba cumplió 12 años, su abuelo falleció. “Para mi su muerte fue un respiro, un alivio y el saber que no tendría que verle la cara nunca más”.
No fue hasta los 16 años cuando la joven le contó todo a sus padres, que reaccionaron con incredulidad. “Me dijeron que si quería llamar la atención, que cómo decía eso, sobre todo mi padre. Mi madre llegó a creerme, pero me dijo que por qué sacaba eso ahora que estaba muerto, que diciéndolo solo le hacía daño a mi padre. La culpa recayó sobre mí. Nadie me dijo que lo que él me había hecho estaba mal”, nos confiesa lamentándose.
“Con 21 años empecé a ir a terapia. Tenía muchas inseguridades y problemas para relacionarme tanto en el terreno amistoso como con chicos. Era incapaz de tener un orgasmo y muchas veces me ponía a llorar cuando tenía sexo o me bloqueaba y disociaba”, explica. “Me costó mucho contar los abusos. Tardé no sé si 5 meses. Y cuando lo hice fue liberador”.
Alba siguió yendo al psicólogo durante 3 años hasta que le dio el alta. Ahora habla de los abusos sexuales para que otras personas que hayan vivido lo mismo no se sientan ni solas ni culpables. “Habrá quienes no te crean, quienes no te entiendan, quienes piensen que es un recuerdo distorsionado, quienes te pregunten por morbo, quienes te juzguen, quienes no quieran acostarse contigo ni tener algo serio porque creen que estás rota. Pero te aseguro que habrá muchas más personas que te apoyarán, que querrán escucharte de verdad y que con amor curarán las heridas que el abuso deja en ti”, reflexiona en un mensaje de apoyo hacia otras víctimas de abusos sexuales.
Si eres menor de edad y sufres abusos sexuales, no lo mantengas en secreto. Tu agresor te habrá engañado diciéndote que la gente se enfadará y te juzgará, pero esto no es verdad. Siempre va a haber alguien que te apoyará, ya sea un familiar, un amigo, un profesor, un médico, un psicólogo, un abogado... Di lo que está sucediendo para poder salir de esa situación.
Si eres adulto, hay algunas señales de que un menor es víctima de abusos sexuales:
Para denunciar una situación de abuso infantil los pasos son:
Pese a que los niños están muy desprotegidos ante este tipo de delitos, la nueva ley de protección integral a la infancia y adolescencia frente a la violencia aprobada en junio de 2021 tiene en cuenta este tipo de sucesos. El objetivo es claro: evitar que se produzcan abusos como el que vivió Alba, identificarlos cuanto antes, y apoyar a la víctima psicológica, médica y legalmente.