Cómo manipular los alimentos en casa para evitar contagios

  • La correcta manipulación de los alimentos es fundamental para evitar enfermedades

  • No hay evidencias de que los alimentos sean una vía de transmisión del covid19

  • Es importante prestar atención a las temperaturas de conservación y cocinado

Convivir con la crisis sanitaria del coronavirus de todo lo que entra en nuestras casas, una medida fundamental para evitar la propagación del virus. También a la hora de manipular e higienizar los alimentos que vamos a almacenar o preparar para consumir en nuestros hogares.

No existen evidencias científicas de que los alimentos sean una fuente o vía de transmisión del covid19. De hecho, hace unos días se han encontrado restos de covid19 en una partida de helados en China y, aunque fueron retirados de la circulación de inmediato, nadie ha resultado infectado por el virus por consumirlos. Aun así, en general la correcta manipulación de los alimentos es fundamental para evitar la transmisión de muchas enfermedades.

Y es que un elemento fundamental para comer de manera saludable es mantener los alimentos en buen estado. Para ello hay que atender a una serie de recomendaciones, que van desde lavar y reducir los posibles contaminantes a almacenar y mantener seguros los alimentos que se van a consumir. Y todo ello mediante una correcta manipulación.

Compra y manipulación en el hogar

La Comunidad de Madrid, como muchos otros organismos, ha publicado una guía con recomendaciones básicas a la hora de manipular los alimentos de forma segura, tanto a la hora de comprarlos como a la hora de prepararlos en casa para su consumo. Esta guía se enmarca dentro de una serie de informaciones y recomendaciones para la hostelería para la prevención del covid19 y se acompaña del desmentido de una serie de bulos sobre la alimentación y el coronavirus, como por ejemplo las falsas creencias de que el ajo, el pimiento picante o el consumo de alcohol previenen la enfermedad.

En dicha guía se incide en la importancia de respetar una serie de prácticas correctas de higiene cuando se preparen y manipulen alimentos:

  • Lavarse las manos antes de empezar a cocinar y cada vez que se cambie de un alimento crudo a uno cocinado.
  • Cocinar completamente los alimentos, al menos a una temperatura de 63ºC durante 4 minutos.
  • Lavar los vegetales crudos bajo el chorro del grifo.
  • Si vas a comer fruta o verdura cruda con piel, sumergirla 5 minutos en agua con lejía apta para desinfección de agua de bebida (una cucharada por cada 3 litros de agua) y después acláralas con abundante agua corriente.
  • Conservar los alimentos a temperaturas adecuadas y enfriándolos rápidamente si no van a consumirse de inmediato.
  • Limpiar y desinfectar los utensilios, los cubiertos y la vajilla utilizados. El lavavajillas es una buena opción si se utilizan altas temperaturas.
  • Mantener limpias y desinfectadas todas las superficies donde se manipulen los alimentos.

9 consejos básicos a la hora de manipular alimentos

Son muchos los organismos de salud que publican sus recomendaciones para una correcta manipulación y desinfección de los alimentos en los hogares para evitar enfermedades. Nosotros hemos encontrado una buena serie de consejos a tener siempre en cuenta publicada por el Centro de Promoción de la Nutrición del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

  • Separa los alimentos al hacer la compra. Una buena práctica en separar desde la misma tienda los diferentes productos en distintos envases para que no haya contacto entre ellos (los productos marinos, los diferentes tipos de carnes…) y hacerlo también al colocarlos en el frigorífico. Coloca encima los que se vayan a consumir antes.
  • Lávate bien las manos con agua y jabón antes de manipular cualquier tipo de alimento que vayas a cocinar. Nuestras manos son el principal medio de infección y están en contacto con múltiples objetos y superficies. Hay que lavarlas siempre, pero antes de cocinar aún más.
  • Desinfecta todas las superficies en las que vayas a manipular los alimentos. Mesas, encimeras, tablas de cortar, paños de cocina… cualquier lugar en el que vayas a colocar los eliemtnos en el cocinado puede ser un foco de infección.
  • Limpia el frigorífico de forma frecuente. Normalmente los alimentos que compramos y necesitan refrigeración pasan de la bolsa de la compra a una balda del frigorífico directamente. Asegúrate de limpiar y desinfectar esas superficies cada poco tiempo. Además, asegúrate de no almacenar en él alimentos más de lo recomendable: los restos de alimentos cocinados deben tirarse después de 4 días y las carnes en crudo, después de uno o dos días.
  • Mantén limpios el resto de electrodomésticos. De poco sirve desinfectar la encimera y la tabla de cortar si luego introducimos el alimento para cocinarlo en un horno o un microondas que lleva semanas sin limpiarse. Hay que mantenerlos desinfectados, por dentro y por fuera, poniendo especial atención en los botones y tiradores, ya que pueden producir contaminación cruzada en las manos. Así puedes limpiar tu microondas de manera óptima.
  • Limpia los alimentos con agua corriente abundante. Limpiar bien legumbres, frutas y verduras es fundamental.
  • Mantén los diferentes alimentos separados en la preparación. Utiliza una tabla de cortar para las cernes o pescados crudos y otra diferente para los productos frescos. No coloques los productos cocinados en un mismo plato o recipiente donde antes estaban los alimentos en crudo.
  • Utiliza un termómetro de cocina. Una buena práctica es utilizar uno de estos termómetros para estar seguros de que los alimentos se cocinan a la temperatura adecuada e, incluso, que se mantienen a una temperatura correcta hasta que se consumen. Mide la temperatura del interior de las carnes para asegurarte que también allí han alcanzado la temperatura idónea.
  • Mantén los alimentos ya cocinados a las temperaturas óptimas de conservación. Si hablamos de temperatura, esta es una de las principales recomendaciones. Mantén los alimentos fríos a 4,4 grados centígrados o menos y los alimentos calientes a una temperatura por encima de 60 grados centígrados.