El brote de coronavirus que se ha expandido por España y por el mundo, llegando a 70 países y dejando miles de afectados, ha iniciado un episodio de alarma social y de dudas respecto a este contagio que comenzó a mostrar sus síntomas a finales de 2019 en Wuhan, China, considerada el epicentro del brote.

La novedad de este virus y su rápida evolución por todo el planeta hace que se generen falsas informaciones sobre esta enfermedad infecciosa denominada COVID-19. El problema de estos bulos es que pueden generar un alarmismo desmedido y falsas creencias que son necesarias desmentir.

Aunque no se conoce de forma precisa, parece que para contagiarte con coronavirus es necesario el contacto directo con una persona infectada. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las denominadas gotículas de la nariz o la boca que salen cuando una persona infectada tose o exhala.

Si esas gotículas caen sobre objetos y superficies, y otra persona las toca y acto seguido se toca los ojos, nariz o boca, puede llegar a contagiarse. Pueden hacerlo de igual manera si inhalan esas gotículas. Por todo ello, es importante mantenerse a más de 1 metro de distancia de la persona que haya dado positivo. A distancias mayores es muy poco probable el contagio: no puede propagarse a grandes distancias a través del aire.

Hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aclarado que no hay ninguna evidencia de que este brote de coronavirus infecte a animales de compañía, por lo que no es necesario tomar medidas especiales con nuestros animales. A pesar de ello se sigue recomendado lavarse las manos después de tocar a los animales para evitar las bacterias habituales que pueden transmitir al ser humano.

Tampoco existen pruebas que indiquen que el COVID-19 pueda transmitirse por medio de mosquitos. Además, el riesgo de contagiarse a través de objetos como monedas, billetes o tarjetas de crédito, es muy bajo, aunque sí puede suceder si una persona lo infecta con sus gotículas, como hemos mencionado anteriormente.

Aunque el virus podría estar presente en algunos casos en las heces, no se caracteriza por ser uno de los rasgos principales de este virus. Su riesgo de contagio de esta manera es bajo. Por último, otra de las preguntas que más surgen es si se puede contagiar por medio de las relaciones sexuales: hasta el momento no se ha confirmado ninguna prueba de que este brote pueda trasmitirse por esta vía, por lo que no debe ser motivo de alarma.

Las mentiras sobre esta infección no solo se quedan en su forma de contagio, sino que van mucho más allá con informaciones que pueden llegar a ser peligrosas. Desde la propia OMS han emitido un comunicado que acaba con algunas de ellas, sobre todo las relacionadas con 'tratamientos' que curan de manera milagrosa la infección.

Aunque parezca mentira, circulan comunicados que expresan que la cocaína, la orina infantil pueden proteger contra el coronavirus, algo totalmente falso. Al igual que no es cierto que las bajas temperaturas, el uso de un secador o lámpara ultravioleta o rociar el cuerpo con alcohol pueden acabar con el virus, pudiendo llegar incluso a ser peligrosas para la salud.

En este tipo de virus que evolucionan de tal manera, es importante mantener la calma y estar al día con la información más reciente, siempre que provenga de medios oficiales como las autoridades de Salud Pública. La propia OMS publicó una lista de recomendaciones para evitar el contagio, entre ellas:

Es normal que ante una situación desconocida como esta se desate cierta inquietud entre los ciudadanos, pero es importante mantener la calma. Aunque no hay que quitarle importancia, hay que conocer los datos reales y no caer en alarmismos: el 80% de los casos detectados son leves, y ya hay 13 veces más pacientes curados que fallecidos hasta el momento.

El problema es que este pánico desmesurado ante el exceso de miedo por contagiarse ya está generando consecuencias: el miedo a contraer el coronavirus está agotando las mascarillas, y personas que realmente lo necesitan no están pudiendo acceder a ellas. Desde las autoridades se advierte: no utilizar mascarillas no aumenta el riesgo de contagio.

La mayoría de estos bulos e informaciones falsas que circulan por la Red son fácilmente contrastables si acudimos a fuentes oficiales y mantenemos la calma para no colaborar a una histeria colectiva.