Cómo optimizar la nutrición según tus genes
Los genes pueden ayudar a entender cómo debemos alimentarnos
Además, previenen el riesgo de padecer ciertas enfermedades
Se pueden conocer a través de los test de genética nutricional
Todos los días alguien nos dice que comamos esto o aquello, pero ¿cómo saber si es realmente bueno para ti? Puede ser una pregunta difícil de responder si no se conoce bien lo que el cuerpo necesita. Ahí es donde entra en juego entender cómo debe alimentarse cada persona para optimizar su propia nutrición. En otras palabras, cómo comer en función de los genes.
¿Cómo puedo saber qué genes tengo?
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Los médicos pueden pautar un tratamiento concreto y dar las recomendaciones más oportunas para cada paciente gracias a los test de genética nutricional.
Un test nutrigenético consiste en un estudio en el cual se estudian zonas del ADN que contienen genes relacionados con la obesidad y con la asimilación de determinados nutrientes y la respuesta de estos ante distintos estímulos.
Estos test están disponibles a través de diversas empresas y su precio puede estimarse entre los 100 o 150 euros.
Los cinco genes más comunes
Gen MTHFR
Este es un gen que produce una enzima llamada metilentetrahidrofolato reductasa, importante para el ácido fólico del cuerpo. Las variaciones en este gen pueden ayudar a determinar cómo los individuos utilizan la vitamina B9 en la dieta.
Si tiene una mutación genética en este sentido, es posible que tenga que comer alimentos ricos en ácido fólico o tomar un suplemento para compensar los niveles más bajos.
Los alimentos ricos en B9 incluyen las verduras crucíferas, como el brócoli, la col rizada, las coles de Bruselas y la remolacha, así como el hígado de ternera.
Gen MCM6
Este gen forma parte del conjunto que ayuda a regular la expresión del gen LCT, que codifica para la enzima lactasa. La lactasa desempeña un papel fundamental en la descomposición de la lactosa.
Este gen puede ayudar a determinar si un frecuente malestar gastrointestinal proviene de los productos lácteos y desvelar una posible intolerancia a la lactosa.
Genes HLA
Este grupo de genes fabrica unas proteínas denominadas antígenos leucocitarios humanos (HLA). Se encargan de diferenciar las proteínas propias del organismo de las extrañas, y posiblemente dañinas, a través del sistema inmunitario.
Los estudios han demostrado que los genes HLA son un importante factor de predicción de la intolerancia al gluten, lo que puede ayudar a orientar la elección de la dieta.
Gen ADORA2A
Este es el gen del receptor de adenosina A2A. Codifica para uno de los principales receptores de adenosina, que tiene muchas funciones en el cuerpo, como promover el sueño y la calma.
La cafeína bloquea los receptores de adenosina, lo que puede provocar efectos estimulantes. Quienes tienen una mutación en este gen pueden ser más propensos a experimentar sensaciones de ansiedad tras la ingesta de cafeína.
Junto con el gen CYP1A2 (responsable de la descomposición de la cafeína en el organismo), el ADORA2A ayuda a orientar a los pacientes para que sepan cuánta cafeína deben consumir regularmente, si es que deben consumirla, para reducir el riesgo de hipertensión arterial, ataque cardíaco y ansiedad.
ACE
Se trata de un gen importante porque dirige al organismo a producir la enzima convertidora de angiotensina (ECA), que desempeña un papel en la regulación de la presión arterial frente a la ingesta de sodio
Esencialmente, si se tiene una mutación en este gen, se corre un mayor riesgo de experimentar una presión arterial alta cuando consume mayores cantidades de sodio.
Al conocer esta mutación con antelación, podrá realizar las intervenciones adecuadas en su dieta y evitar potencialmente un factor de riesgo importante para la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas
Un estudio que previene futuras complicaciones
Hay numerosos genes sorprendentes que se pueden descubrir gracias a los paneles de genética nutricional, aparte de los ya explicados anteriormente por el gastroenterólogo Marvin Singh a través de la revista nutricional MBG.
La información que se obtiene de estas pruebas no sólo puede ayudar a entender lo que cada cuerpo necesita, sino también a comprender cuáles son sus riesgos de padecer ciertas enfermedades, afecciones y deficiencias nutricionales.