Sufrir una congestión nasal resulta bastante desagradable, sobre todo si se prolonga en el tiempo y nos resulta complicado respirar correctamente. Afortunadamente, existen distintos remedios muy eficaces para reducir o incluso eliminar sus efectos, y la mayoría no implican pasar por la farmacia. Sea cual sea la causa de este malestar, toma nota de estos consejos para aliviar la congestión nasal.
Tal y como recuerdan desde Cinfa Salud, la congestión nasal se produce cuando la membrana que recubre la nariz se inflama. Ello produce la famosa dificultad para respirar a través de las fosas nasales, un síntoma que suele ir asociado a una infección provocada por algún virus o bacteria: desde un resfriado común a una gripe, pasando por alergias, sinusitis, laringitis... ¿Cómo conseguir una descongestión nasal para volver a la normalidad?
Normalmente cuando una bacteria o virus invade las vías respiratorias se producen distintas reacciones fisiológicas, incluida la congestión, pero también secreciones nasales, tos, dolor de garganta... De hecho, estos síntomas suelen producirse a la vez en muchas ocasiones, especialmente en el caso de la secreción nasal.
El resultado es la incómoda sensación de no poder respirar correctamente, un mal descanso (debido a la falta de aire) y malestar general. Cuando se complica, la congestión nasal puede generar sinusitis, otitis media, y la aparición o el empeoramiento de leves a graves trastornos del sueño. También algunos casos de apnea obstructiva del sueño, por la dificultad de respirar en posición horizontal.
En cuanto a los remedios frente a la congestión nasal, es recomendable beber mucho líquido para que la mucosidad se diluya y sea más fácil de expulsar. Además, puede ayudar aplicar un paño caliente y húmedo en el rostro, así como inhalar vapor varias veces al día o recurrir a humificadores.
Los lavados nasales con agua salada también son de gran utilidad, y existen soluciones salinas a la venta que puedes utilizar si lo prefieres. Lo mejor es hacerlo acostado o con la cabeza inclinada hacia atrás para que el líquido penetre y disuelva la mucosa, cerrando la fosa nasal contraria y aspirando para que el agua llegue al lugar adecuado. A continuación, tose o expulsa de la manera que prefieras la mucosidad.
También es importante sonarse adecuadamente, sin hacer excesivo esfuerzo y taponando la fosa nasal contraria para que el efecto sea mayor, realizando espiraciones nasales rápidas. Esta operación debe repetirse alternando ambos lados. En cuanto a la hora de dormir, cuanto menos ‘tumbados’ descansemos, mejor para evitar empeorar la congestión: es preferible elevar un poco en torso usando almohadas o cojines.
Por último, no hay que olvidar que existen medicamentos pensados específicamente para compartir la congestión nasal: si los remedios anteriores no te bastan, consulta con tu médico o farmacéutico acerca del posible uso de anti gripales o aerosoles nasales.