Cómo afecta la polución a los pulmones de los niños si respiran más rápido que los adultos
Cristina Abel
23/03/201910:17 h.La suciedad atmosférica es un problema de salud pública que tiene en alerta a la comunidad científica, a los administradores públicos y la ciudadanía, cada vez más sensible con una cuestión nada badalí. El aumento de partículas altamente tóxicas en los periodos anticiclónicos, como el que atraviesa la península ibérica desde hace meses, aumentan las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Un hecho que constatan a diario los servicios de urgencias hasta donde acuden cada vez más personas con arritmias, ataques al corazón e infartos cerebrovasculares, entre otras dolencias graves.
Sin embargo, son los más pequeños los más expuestos a estos contaminantes que pululan por el aire. Según la última Conferencia Mundial sobre la Contaminación del Aire y la Salud, unos 1.800 millones de niños menores de 15 años respiran polución a diario y esto tiene efectos directos en su salud y en su desarrollo.
Danger in the Air, un amplio estudio auspiciado por UNICEF, es irrefutable en este sentido y señala que las partículas más pequeñas pueden entrar en el torrente sanguíneo y dañar la barrera hematoencefálica del cerebro y los hidrocarburos policíclicos pueden afectar a las conexiones neuronales. Asimismo, una investigación de la Universidad de California (Los Ángeles) relaciona la contaminación de los coches con un mayor riesgo de padecer obesidad.
Todos estos catastróficos hallazgos vienen precedidos por las secuelas en su sistema respiratorio, sobre todo en el caso de los bebés, debido a la inmadurez de sus pulmones y su manera de respirar en los primeros meses de vida, tal y como nos confirma Inés de Mir Messa, neumóloga pediátrica del Hospital Maternoinfantil Vall d'Hebron (Barcelona). Los lactantes respiran entre 40 y 60 veces por minuto porque "tienen pulmones y vías aéreas más pequeños, menor fuerza muscular y, además, son respiradores nasales para poder mamar y respirar al mismo tiempo", señala la miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). "Por otro lado, hay una adaptación al medio exterior; aprenden a respirar al nacer, el pulmón se desarrolla durante toda la infancia, cambia la forma del tórax, se desarrollan las vías aéreas y las unidades más pequeñas del pulmón o alvéolos", añade.
Los expertos han constatado un aumento de patologías como la bronquitis, asma, alergias en sus unidades de neumología pediátrica. Nos alertan también que los niños están expuestos a la misma cantidad de tóxicos que los adultos, pero que sus "sistemas de detoxificación son menos eficaces, su cuerpo está en desarrollo, su talla es menor (están más próximos al suelo) y la dosis efectiva inhalada de sustancia dañina es mayor".
"Hacen falta más estudios, pero el efecto adverso global de la polución ambiental en el desarrollo pulmonar y en la salud respiratoria es actualmente innegable", subraya De Mir Messa. Para enmendar esta situación solo son eficaces "medidas que mejoran la calidad del aire inhalado", advierte, pero hay pautas individuales que pueden llevar a cabo los padres para evitar la exposición de sus hijos como "no salir a la calle los días de alta contaminación o hacerlo con algún elemento que proteja la vía aérea; cerrar bien las ventanas de la casa; ventilar de forma adecuada las viviendas y evitar hacer deporte, porque se respira más rápido, en días contaminados o cerca de vías de tráfico pesado", concluye la facultativa.