Las redes sociales no sólo nos han ayudado a sentirnos más cerca de nuestros seres queridos, sino que también nos han expuesto al acoso a través de una pantalla. Subes varios stories a Instagram, cotilleas un par de cuentas de influencers y de repente aparece una solicitud de mensaje de alguien que no conoces. Es un emoji de corazón. Lo ignoras. Pasan los días y los mensajes se van convirtiendo en algo más invasivo, más incómodo y más hostil. ¿Te suena esta historia?
Todos hemos vivido algo parecido, ya sea en primera persona o a través de una amiga. Puede ser de una forma sutil, con comentarios que parecen amables pero que en realidad están comenzando a resultar molestos, o también de una forma más directa mediante insultos o fotos sexuales no solicitadas. Independientemente de la forma en que se produzca, tiene nombre: acoso.
A la hora de hablar de acoso, hay varios mitos que debemos borrar de nuestra cabeza:
Todas estas falsas creencias fueron las que provocaron a Lidia una gran sensación de culpabilidad cuando fue acosada en WhatsApp e Instagram. Todo comenzó cuando la joven de 19 años comenzó a recibir mensajes de un compañero de clase con el que sólo había coincidido un par de veces. “Al principio era muy majo pero yo no le conocía así que mantuve las distancias. Le respondía educada y ya, pero se puso muy pesado”, recuerda.
“Todos los días me daba la chapa y mis amigas y yo le pusimos el mote de ‘El pesado’. Me lo tomaba a coña y no sé, intentaba no pensar mal porque igual era un chico con pocos amigos en la universidad que intentaba conocer gente, pero es que me agobiaba”, explica la joven. “Como he dicho era educada pero sin más, no le daba mucha coba y solo le hacía caso cuando me preguntaba cosas de la universidad. Ya cuando se puso más pesado diciendo de quedar, que nadie le entendía como yo, que era una conexión brutal, empecé a pasar de él”.
Al ignorarle, el acosador de Lidia se sintió tan atacado que comenzó a escribirle y mandarle audios a través de Instagram. “Me hizo sentir tan mal que le hablaba por pena. Yo no quería quedar con él ni nada y cada vez que tenía una notificación suya sentía una presión”.
El punto de inflexión se produjo cuando Lidia recibió varios comentarios sexuales. “Subí una foto en verano, con poca ropa porque es verano, y vamos, aunque fuese invierno y me quisiese poner en bolas en la nieve, no hay que opinar. Total, que me empezó a decir que si él me pillase que no sentiría con nadie más lo mismo y ya ahí me quedé flipando. Le dije que no consentía ni un comentario así más y me pidió perdón, y a los tres días otra vez. Volví a advertirle y ya a la tercera le bloqueé”, comparte con Yasss. “Después estuvo una temporada haciéndose cuentas falsas y poniéndome guarra, puta y de todo en Instagram, y no paró hasta que no se aburrió”.
Si eres víctima de algún tipo de acoso sexual en redes, sea totalmente explícito o sutil, lo primero que debes hacer es eliminar cualquier sentimiento de culpabilidad. No te lo has buscado independientemente del tipo de fotos que subas o de tu forma de utilizar las redes sociales.
Por otro lado, es fundamental entender que la amabilidad no es coqueteo. Muchas personas reaccionan con educación o simpatía cuando se sienten incómodas. Por un lado temen estar malinterpretando la situación, así que para evitar parecer groseras deciden responder con amabilidad. No es coqueteo, no es dar falsas esperanzas, no es provocar una conversación sexual y tampoco es consentir las faltas de respeto.
Hay tres formas de reaccionar ante el acoso: pidiendo educadamente que pare, utilizando el humor hasta que se de cuenta de que está excediéndose o bloqueando. ¿Cuál utilizar? La que te resulte más cómoda.
Lo más importante es ser consciente de lo que tu salud mental es capaz de aguantar. Las respuestas educadas o sarcásticas implican lidiar cara a cara con tu acosador, y muchas personas no se sienten capaces de responder de esta forma. En el primer caso prefieren intentar corregir ese comportamiento y que no vuelva a actuar así con otras mujeres. En el segundo caso buscan, mediante el humor, hacer consciente al acosador de lo irritante y absurdo de su comportamiento.
Por otro lado, no sólo tienes derecho a bloquear, sino que también puedes denunciar en la red social en cuestión o incluso por la vía legal, ya que según el artículo 172 del Código Penal, está castigado con la pena de prisión de 3 meses a 2 años o el acoso tanto si te vigilan, persiguen o buscan tu cercanía física, o si intentan establecer contacto contigo a través de cualquier medio de comunicación o por terceras personas.