Cómo acceder al psicólogo de la Seguridad Social: solicitud y requisitos
En determinados casos es posible solicitar la atención psicológica en la Seguridad Social: te contamos cuándo y cómo gestionarlo
Ir al psicólogo ha dejado de considerarse algo ‘raro’ o, al menos, se ha recorrido gran parte del camino hacia la normalización de este recurso. Y es que tan importante como ir al médico cuando experimentamos un dolor de cualquier tipo es contactar con un psicólogo cuando el problema o circunstancia que nos afecta sea mental. Tal vez por eso cada vez se da más importancia a la presencia de psicólogos en el ámbito de la Seguridad Social, aunque la realidad es que, en general y por ahora, el numero de profesionales integrados en este servicio dista mucho de cubrir la demanda ciudadana. ¿Cómo pedir ayuda psicológica a través de la seguridad Social? ¿Existe la figura del psicólogo público?
¿Cómo conseguir cita con un psicólogo de la Seguridad Social?
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Si bien es posible acceder a un psicólogo de la seguridad Social siguiendo el trámite establecido, lo cierto es que el camino no es fácil ni rápido. Tal vez por eso muchas personas optan por acudir a consultas privadas, con el elevado coste que ello implica: una sesión de alrededor de una hora con un psicólogo puede costar entre 40 y 100 euros aproximadamente, y lo normal es que las citas se repitan y prolonguen en el tiempo.
Precisamente sobre la falta de profesionales de la psicología en el ámbito público se pronunció en 2018 el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, quien inició una actuación de oficio con el Ministerio de Sanidad, con todas las comunidades autónomas y con el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) para conocer si la oferta de atención psicológica clínica existente en la sanidad pública se adecúa a las verdaderas necesidades de la población.
Según manifestó en aquel entonces, “las quejas recibidas en la Institución reflejan una insuficiente presencia de psicólogos en los centros especializados de salud mental Esta carencia de profesionales provoca que sea habitual que los tiempos entre consulta y consulta puedan alargarse hasta los tres meses, para tratamientos que requerirían una periodicidad mucho mayor".
Es más, son habituales las quejas de personas cuyo tratamiento se ha limitado a la medicación prescrita por su médico de atención primaria y que solo han sido derivados a un centro especializado cuando ya se ha agravado su cuadro clínico. Así, según los datos disponibles, la ratio de psicólogos por habitante continúa siendo en nuestro país muy inferior a la de la mayoría de países desarrollados si atendemos a la demanda percibida y a los estudios de diverso tipo llevados a cabo en esta materia.
El informe de la Ponencia de estudio del Senado sobre las necesidades de recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud (2010), recoge la ratio de 4,3 psicólogos por cada 100.000 habitantes y estima las necesidades de provisión, para aproximarnos al menos a la media europea (18/100.000), en unos 7.200 profesionales. En los últimos años, las convocatorias anuales de formación sanitaria especializada han sido de alrededor de 120-130 plazas para psicólogos internos residentes.
La falta de profesionales psicólogos en el sistema público de salud se suma a la también carencia de profesionales psiquiatras, cuya ratio en España es también notoriamente inferior a la media UE.
En cuanto a cómo conseguir ayuda psicológica a través de la Seguridad Social, el proceso consiste en pedir cita con tu médico de cabecera y plantearle tu situación para que éste considere derivarte a un psicólogo clínico. Puede ser que decida encargarse él mismo de tu caso o incluso que te recete algún tipo de medicación, una práctica duramente criticada por algunos sectores e instituciones, incluido el Defensor del Pueblo, por obviar la solución del problema y actuar utilizando métodos paliativos.
Si tu médico de cabecera lo considera conveniente, te derivará a un psicólogo o incluso a un psiquiatra (o ambas cosas) en caso de que pueda ser necesario el uso de psicofarcomacología. Sin embargo, llegado a este punto, es posible que tengas que soportar una lista de espera eterna, si bien ello dependerá de tu comunidad autónoma y de otros factores. También el periodo entre sesiones puede ser largo, lo que dificulta la efectividad de la terapia.
Ten en cuenta también que no cualquier situación se considerará lo bastante importante como para que seas derivado a un profesional de la salud mental: dada la escasez general de recursos en este campo, normalmente se reserva la atención psicológica a través de la Seguridad Social a casos relativamente graves: depresión, ansiedad, traumas de cualquier tipo...
En cuanto a la formación de los psicólogos clínicos que te atenderán en la Seguridad Social, es necesario haber cursado esta especialidad, a la que actualmente se accede a través del examen para ser Psicólogo Interno Residente (PIR).