El estado de ‘hibernación’ al que se había sometido a las empresas no esenciales durante dos semanas por la crisis del coronavirus había cumplido el plazo y a partir de hoy muchos trabajadores tenían que ocupar de nuevo sus puestos trabajo.
Esa vuelta al trabajo suponía que los transportes públicos volviesen a verse concurridos, lugares donde mantener la distancia de seguridad aconsejada por la Organización Mundial de la Salud es prácticamente imposible, por ello desde el ministerio de Sanidad propusieron el reparto de 10 millones de mascarillas en puntos logísticos de toda España.
El reparto de mascarillas en los accesos a las estaciones y lugares habilitados por las delegaciones lo han realizado efectivos y voluntarios de Protección Civil y agentes de policía de los cuerpos nacionales, autonómicos y locales.
Durante toda la mañana hemos podido comprobar mediante imágenes cómo muchas de las personas que cogían las mascarillas, lo estaban realizando mal, una acción que puede ser muy contraproducente a la hora de defendernos del coronavirus.
Las mascarillas deben cogerse correctamente ya que luego nos las pondremos sobre la cara y si las tocamos con las manos sin estar debidamente limpias, no cumplen su adecuada función.
Con las manos limpias, las mascarillas deben ser cogidas por la parte de las gomas, para así evitar tocar la zona que más tarde situaremos sobre la nariz o la boca.
Desde el Servicio de Emergencias de Castilla y León han compartido una infografía en sus redes sociales donde se explican una serie de prácticas que no deben realizarse.
La principal finalidad de la mascarilla es que si una persona asintomática tiene el coronavirus evite propagarlo a la gente que está a su alrededor, por ello es importante que la mascarilla cubra por completo la boca y también la nariz, evitando que haya espacios entre la piel y la mascarilla.
No tocar con las manos la mascarilla, aunque parezca difícil, es esencial. Muchas veces vemos a personas que se la quitan cuando habla o se la ponen en el cuello a modo de bufanda, éste es un gesto que debemos evitar.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue sin recomendar mascarillas a las personas sanas sin contacto con infectados por coronavirus, su uso en espacios públicos se ha extendido en Europa y en el mundo ante la creciente evidencia de que puede resultar útil para frenar la expansión de la COVID-19.
Organismos oficiales de prevención y control de las enfermedades en la UE y Estados Unidos se han pronunciado ya en defensa de la utilidad de estas mascarillas frente al coronavirus en determinados espacios públicos, mientras que ha aumentado el número de países europeos donde se exige su uso en ámbitos más o menos restringidos.
En España, el Gobierno empezó a matizar el criterio genérico de la OMS el pasado día 3, cuando el ministro de Sanidad, Salvador Illa, avanzó que estudiaba la posibilidad de recomendar u obligar a los ciudadanos a usar mascarilla cuando salieran a la calle, si bien puntualizó que el Ejecutivo seguiría el criterio de los expertos.