Con la llegada del frío la gripe no es lo único que debe preocuparnos, también otras infecciones que son más frecuentes en los meses de otoño e invierno. Entre ellas, la cistitis, que afecta al tracto urinario inferior sobre todo en mujeres y se manifiesta por una serie de síntomas a los que hay que estar atentos. ¿Por qué hay más riesgo con frío y cuándo debo alarmarme?
La cistitis es una de las infecciones más comunes, por detrás de las infecciones respiratorias, y se estima que el 60 % de las mujeres sufrirán algún episodio a lo largo de su vida.
La cistitis es una infección urinaria, más específicamente de las vías urinarias bajas o la vejiga. Los hombres tienen una uretra de mayor longitud, por lo que las probabilidades de sufrirla es mucho menor que en las mujeres, más expuestas a los microorganismos que causan la infección.
Cuando la mucosa o pared de la vejiga se infecta se produce la cistitis. Esto puede ser ocasionado por hongos, parásitos o bacterias, aunque la causa más común son la bacterias como Escherichia coli, que se extienden a la vejiga desde el colón. La favorecen la alteración de la flora vaginal, el frío y la humedad, y también puede ser causada por el estreñimiento crónico, la falta de lubricación, la retención urinaria o el mal uso de los antibióticos.
Sospechar a tiempo de una posible cistitis atendiendo a los síntomas más frecuentes facilitará su tratamiento, en caso de ser necesario.
El ardor o dolor al orinar generalmente está producido por la inflamación de la uretra o la vejiga. En las mujeres, la inflamación de la vagina puede ser dolorosa al contacto con la orina, y suele estar asociado a una infección. Aunque no siempre es debido a una infección, el ardor al orinar es el síntoma más frecuente de la cistitis.
Se tienes necesidad de orinar más frecuentemente, aunque en pocas cantidades –lo que se conoce como polaquiuria–, esto puede estar causado por la irritación e inflamación de la vejiga.
La inflamación de la vejiga puede causar dolor, presión o molestias en el abdomen bajo, por debajo de la pelvis o en las caderas. Esto lleva a veces a confundir los síntomas de una cistitis con las molestias del ciclo menstrual en las mujeres.
Los cambios de temperatura y la exposición al frío son causas frecuentes de infección urinaria o cistitis. Además, con el frío es más probable que se produzca una alteración de la flora vaginal, y las prendas retienen más humedad junto al cuerpo. Estos no son factores determinantes, pero pueden ser un riesgo especialmente para las mujeres.
Las causas más frecuentes de la cistitis son, en primer lugar, las relaciones sexuales, dado que se produce un intercambio de fluidos y puede darse una entrada de bacterias; en segundo lugar, los bañadores mojados en el verano, dado que la humedad y el frío favorecen la infección urinaria, y las prendas muy ajustadas o de tejidos como la lycra, que no dejan transpirar la zona y hacen que aumente la temperatura y la humedad.
No obstante, otras causas que suelen estar detrás de la cistitis son la falta de higiene o la retención de la orina durante demasiado tiempo.