Ifema, el hospital de emergencia levantado en tiempo récord para luchar contra la pandemia de coronavirus, cierra sus puertas. Y lo ha hecho con un baile, con una sonrisa y con mucha esperanza. "Somo una familia, hemos aprendido juntos, y al final hemos sido una máquina engrasada", reconocen unos sanitarios que muestran su emoción entre bailes y llantos. Los enfermos que bailan con ellos, y que se marcharán también, reconocen que esta gente, sus médicos, lo merecen todo.
El mayor escaparate comercial de lo que ofrece España al mundo también ha demostrado su doble alma de solidaridad y lucha. Ya lo hizo tras los devastadores atentados del 11-M, convirtiéndose en una gigantesca morgue capaz de contener el dolor de toda una sociedad. Y ha vuelto a hacerlo ahora, ofreciendo sus pabellones para que sanitarios, militares, fuerzas de seguridad y voluntarios salven la vida a miles de pacientes contagiados por el SARS-CoV-2, permitiendo que las UCI pudieran rescatar a los más afectados por la pandemia.
El solemne acto de clausura de hoy hoy es un homenaje a los sanitarios que se han jugado la vida en este hospital de campaña al que muchos ya han apodado "el milagro de Ifema". También son muchos los que han comparado este prodigio técnico con los dos hospitales levantados en 11 días en Wuhan, la ciudad china epicentro de la pandemia de COVID-19.
Desde el 21 de marzo los pabellones de la institución ferial de Madrid se destinaron para aliviar la presión asistencial que padecían los hospitales ante el impacto del COVID-19. Dos de ellos, los números 7 y 9 albergaron 1.300 camas convencionales, que además incluían 96 puestos UCI hasta alcanzar los 35.000 metros cuadrados de superficie.
A lo largo de estos 40 días de atención sanitaria, las cifras de esta entrega solidaria abruman: 1.000 sanitarios dedicados en cuerpo y alma a salvar a más de 4.000 pacientes a los que se les ha dado de alta. Solo 17 no han logrado sobrevivir al COVID-19. El lado positivo es que ninguno de los sanitarios ha caído enfermo contagiado por el SARS-CoV-2.
Desde el primer momento, la solidaridad desbordó la capacidad de gestión de los responsables de las instalaciones. El director general de IFEMA, Eduardo López-Huertas, tuvo que establecer un sistema de destinado a canalizar las donaciones para poder "darles uso" y "facilitar la vida y el descanso" de los sanitarios.
Empresas de toda España se volcaron en apoyar este hospital de campaña, punta de lanza en la lucha contra la pandemia. Desde el primer días, los mercados municipales de Madrid se organizaron para entregar frutas y verduras a Ifema. Makro amplió una donación inicial de 55.000 botellas de agua con otra compuesta por más de 25.000 productos de bollería, cerca de 5.000 refrescos y más de 1.000 tartas. Telefónica desplegó una red de datos para proveer gratuitamente de conectividad a estas instalaciones. También Naturgy suministró gas gratis al 'megahospital' ademas de ofrecer amplios medios técnicos para cualquier emergencia que hubiese podido surgir.
También Renfe, que ya venía ofreciendo billetes gratis a los sanitarios, se volcó con Ifema entregando un total de 450 mantas de los trenes hoteles de la compañía. Algo similar hizo el Teatro Real que hizo una entrega de material de su almacén consistente en 1.187 prendas de ropa reutilizable: 142 monos blancos, 320 batas de laboratorio, 200 batas blancas y 525 camisas de pacientes.
La solidaridad también ha tenido a otros protagonistas mucho más anónimos. Es el caso por ejemplo de la marca Ángel Schlesser que entregó 1000 batas, creadas por el Centro Superior de Diseño de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) para colaborar en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Una ayuda que ha ido llegando hasta el ferial madrileño desde todos los rincones de España como la entrega de frutas y verduras donada por los agricultores almerienses a través de ASAJA.
La construcción en 10 días de dos hospitales en Wuhan, la capital de la provincia china de Hubei fue un espectáculo que conmocionó al mundo. Páginas webs de todo el planeta mostraban segundo a segundo todo el proceso de construcción de estas dos instalaciones que albergaban 1.000 camas. Millones de espectadores contemplaban esta proeza de la tecnología y la mano de obra china en un momento en el que la pandemia parecía solo un problema lejano.
Mes y medio más tarde cuando el brote de SARS-CoV-2 ya dejaba en España 1.362 muertos entraba en funcionamiento el hospital temporal de Ifema. Su instalación también dejó espectaculares imágenes como las protagonizadas por los equipos de bomberos de la Comunidad de Madrid que en un fin de semana planificaron y desarrollaron un sofisticado sistema de conducciones de gases y oxígeno para dar servicios a las más de 1.500 camas con las que se dotó la instalación.
La cultura tampoco ha estado ajena a esta gran ola de solidaridad. Durante estos 40 días se ha creado una biblioteca destinada a hacer más llevaderos los día de ingreso de los pacientes. Un fondo bibliográfico conocido como la Biblioteca Resistiré del hospital provisional de IFEMA y que ha sido galardonada con el Premio Antonio de Sancha 2020, concedido por la Asociación de Editores de Madrid (AEM), “por pensar en los libros y la lectura como una forma de soportar mejor la enfermedad y el aislamiento que supone estar ingresado en un hospital de estas características en esta pandemia”.
También el Quijote ha estado presente en sus instalaciones. El pasado día 23 de abril, con motivo del Día del Libro, decenas de pacientes con coronavirus y personal sanitario realizaron una lectura de fragmentos de El Quijote.
Tampoco han faltado las visitas como la que realizó por sorpresa el pasado 26 de abril el rey Felipe VI. El monarca, protegido con guantes y mascarilla recorrió las instalaciones acompañado por sanitarios y mostró su satisfacción por el trabajo desarrollado. Para don Felipe, la lucha contra el coronavirus en Ifema "pasará a la historia" y será un "verdadero orgullo para todos".
Ifema se prepara ya para recuperar su trabajo habitual. A partir de septiembre se espera rotamar las ferias prevista pero aunque el hospital de campaña se desmantele, se mantendrán todas las instalaciones subterráneas instaladas bajo los pabellones 7 y 9 y se almacenarán los materiales médicos para poder volver a poner en marcha este centro en el caso de que fuese necesario debido a un posible rebrote.