Los celos son la caja de Pandora de muchas relaciones. Por exceso o por defecto, son muchas las personas que se quejan de que su pareja es celosa o que intentan gestionar sus propias inseguridades. Pero, ¿hay ocasiones en las que el problema no son los celos sino la conducta de la pareja?
Lo primero que tenemos que tener claro es que los celos son malos, aunque nos hayan educado bajo los tópicos del amor romántico que defienden justo lo contrario. Ni son indicativo de que tu pareja te quiere, ni son algo deseable en una relación sana.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, los celos son señal de dos aspectos: que tu pareja te ve como su posesión o que gestiona bastante mal sus inseguridades, responsabilizándote a ti de algo que él o ella tiene que resolver. Sin embargo, hay una mínima posibilidad de que los celos sean racionales demostrando el refrán de que “si el río suena, agua lleva”.
Cualquier persona con televisión (o Twitter) conoce el 'reality' de 'La isla de las tentaciones'. En él, varias parejas ponen a prueba su relación dejándose tentar por solteros y solteras. Pero, ¿qué tiene que ver un 'reality' con los celos? ¡Pues mucho!
En el programa vemos como Tom y Melyssa, una de las parejas participantes que acude al programa para superar los celos de ella, lidia con esto mismo. En este sentido, él etiqueta a su pareja de “loca”, “exagerada” y “celosa” cuando en realidad él le es infiel y se ve como coquetea y se besa con otras chicas haciéndole 'gaslighting' o 'luz de gas' (cuando te hacen luz de gas llegas a dudar de tus propios pensamientos o recuerdos).
El caso de Melyssa y Tom es un caso concreto con gran visibilidad, pero sucede a diario. Sin ir más lejos, Irene es una joven con el mismo problema, solo que en su caso no hay cámaras de por medio. Tiene 24 años y lleva con su pareja desde la universidad. Aunque todo era perfecto al principio, con el tiempo comenzaron a surgir inseguridades y celos. Para no hacer daño a su relación, fue a terapia. “Yo nunca había sido celosa, pero con mi novio es como si se me hubiese activado un interruptor y cambié”, confiesa.
Meses después, Irene descubrió que su pareja había sido infiel. “Me enteré que cuando llevábamos saliendo tres meses, se enrolló con una chica. Yo lo sospechaba y él me decía que no, que estaba mal y que tenía una obsesión”, recuerda. “Quiero pensar que no se ha vuelto a enrollar con nadie, pero sé que cuando sale de fiesta tira fichas. Él me dice que no pasa nada por tontear con otras porque no va más allá de las palabras, pero a mi me duele”.
Las historia de mujeres tan dispares como Melyssa, de 'La isla de las tentaciones', e Irene, una joven anónima, demuestran lo necesario que es entender los celos en vez de aceptarlos sin más.
Cuando una persona es celosa, tiene que hacer un ejercicio de reflexión sobre el origen de esta conducta. Para ello no sólo es necesario el esfuerzo propio, sino también la comunicación con la pareja o incluso la opinión de alguien imparcial. A veces basta con los amigos, pero puede ser necesaria la terapia de pareja para hallar las dinámicas de la relación.
¡Ojo! Que los celos sean racionales no significa que sean justificables o que esté bien sentirlos. Si a menudo gritas, discutes o insultas a tu pareja excusándote en que él o ella te da motivos, la relación va mal, pero la culpa es de ambas partes. Tuya por gritar, discutir o insultar en vez de poner fin a una relación tóxica (o ir a terapia de pareja y ponerle remedio) y de tu pareja por responsabilizarte a ti mientras te hace sentir cada vez más y más insegura.
Nadie puede resolver esta pregunta porque solo tú y tu pareja (o con suerte alguna persona cercana) conocéis el origen de los celos.
Sin embargo, hay ciertas conductas que no son justas ni sanas en una relación:
Por último, debéis tener en cuenta son las reglas de vuestra relación. Lo que a tu mejor amigo le provoca celos, para ti puede no ser nada (y viceversa). Por eso es tan importante explicar a tu pareja qué es lo que te parece mal y qué es lo que no te molesta. Consensuad de mutuo acuerdo lo que estáis dispuestos a permitir en la relación y lo que no.
Una vez hayáis fijado estas reglas, será más fácil entender los celos.