La Policía Nacional ha desalojado la Catedral de Granada donde se estaba oficiando una misa por el Viernes Santo. En concreto, era el Arzobispo de la ciudad, Francisco Javier Martínez quien estaba celebrando el rito y quien lo daba por suspendido tras entrar los agentes.
Alrededor de las 17:00 horas, varios particulares han alertado a la Policía Nacional de la celebración del rito con feligreses. En la Iglesia se hallaban una veintena de fieles y el Arzobispo estaba dando misa con total normalidad. Tras entrar los agentes, el párroco ha solicitado finalizar la misma dando la comunión y los agentes han amenazado con sancionar uno a uno a los presentes.
A pesar de todo, según indica la Policía Nacional, los asistentes han desalojado la Catedral "de forma pacífica y sin altercados" y, además, no se les ha sancionado. "No lo hemos hecho con mala intención, pensábamos que el artículo 11 nos lo permitía ya que hace referencia al tamaño de los templos, pero los agentes lo han consultado con sus superiores y no lo permiten, así que obedecemos", informaba desde el púlpito el Arzobispo a los fieles presentes. En efecto, dicho artículo permite la asistencia a lugares religiosos, pero no la celebración de ritos como funerales o misas.