Este fin de semana comienza el horario de verano. Es decir, a las dos de la madrugada del domingo serán las tres. Por si no tuviéramos bastante con el confinamiento por el coronavirus, el domingo dormiremos una hora menos. Le hemos preguntado a los expertos qué podemos hacer para llevar mejor el cambio de hora. Entre sus recomendaciones: aprovechar el sol si nos entra por las ventanas y balcones y reflexionar sobre todas las cosas que el aislamiento nos está permitiendo hacer y que normalmente no podemos. Hay que “ver el vaso medio lleno”, señala la especialista en Psicología de la Salud, Carolina Toledo.
La primavera empezó el pasado 20 de marzo y este domingo se producirá el cambio de hora. A las dos serán las tres. Dormiremos una hora menos. O tal vez no. Estamos confinados en casa para evitar la propagación del coronavirus y será domingo. Así que puede que haya quien prefiera recuperar esa hora durmiendo hasta más tarde.
En cualquier caso, hemos preguntado a los expertos cómo nos afectará en nuestro aislamiento el cambio de hora. “Puede aumentar la sintomatología: ansiedad, inquietud, nerviosismo y posiblemente tristeza”, explica Carolina Toledo, directora de Alma Psicología Madrid, que añade que “ver más horas de sol, inevitablemente va a recordarnos que no podemos salir a la calle a disfrutarlo y eso puede entristecernos”.
Las personas “con mayor vulnerabilidad emocional y psicológica” son quienes inevitablemente van a acusar más estas situaciones de estrés, explica la psicóloga. Entre sus recomendaciones para llevarlo mejor:
Que los días empiecen a ser más largos puede no ser positivo para estar encerrados, sin embargo, también “es cierto que ya llevamos dos semanas de habituación a esta cuarentena”, señala la especialista en Psicología de la Salud. “Eso ha permitido o debería haber permitido crear ya ciertos hábitos e ir generando cierta aceptación ante la situación y sobre todo, ser conscientes de que inevitablemente, esto va para largo, pero que también va a pasar”.
La importancia de la rutina en el confinamiento es “toda”, nos explica Toledo. “A los peques les estructura haciendo que estén menos nerviosos e inquietos y a los adultos les pasa lo mismo. Las rutinas nos permiten estructurar nuestro día a día y ayudan a manejar la incertidumbre. Si ya sé qué voy a hacer mañana, aportamos una sensación de control y seguridad”.
Con estos consejos sobre la mesa, hay que recordar que a partir del domingo anochecerá más tarde y cada día ganaremos unos tres minutos de luz. Aunque de momento, solo podamos disfrutar de ella desde los balcones.