El avance de contagios por la pandemia de COVID-19 no se detienea con la llegada del calor ni tampoco estamos totalmente protegidos en entornos al aire libre. Estudios de la universidad de Aix-Marseille han demostrado la capacidad que tiene el SARS-CoV-2 de sobrevivir y multiplicarse a temperaturas de 60 grados al tiempo que otro trabajo de investigadores chino confirma que estamos más seguros en el exterior aunque hay casos documentados de la transmisión del patógeno en espacios abiertos.
Los contagios en el mundo por la pandemia de COVID-19 han superado ya los 10 millones de personas y nada parece detenerlo. Una de las esperanzas era que el calor destruyera al SARS-Cov-2 pero investigaciones han demostrado que esto no ocurre.
Según un trabajo preliminar de investigadores de la universidad pública de Marsella (Aix-Marseille Université) las cepas sobreviven a largos periodos expuestas a temperaturas de 60 grados centígrados e, incluso, son capaces de replicarse.
Esta posibilidad de supervivencia a altas temperaturas o condiciones extremas ha sido confirmada también por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que en su web informa de que la "evidencia científica" corrobora que "el virus de la COVID-19 puede transmitirse en cualquier zona, incluidas las de clima cálido y húmedo".
Añade también que "el calor a 56 ° centígrados mata el coronavirus del SARS a alrededor de 10000 unidades por 15 minutos (reducción rápida).
El organismo internacional recomienda que "con independencia de las condiciones climáticas, hay que adoptar medidas de protección si se vive en una zona donde se hayan notificado casos de COVID-19 o si se viaja a ella.
Hay que tener en cuenta que la temperatura más alta registrada de la historia se midió en el Valle de la Muerte, en California, el 10 de julio 1913, cuando los termómetros marcaron los 56,7 grados centígrados.
Por ello, recuerda que "la mejor manera de protegerse contra la COVID-19 es lavarse las manos con frecuencia. De esta manera se eliminan los virus que puedan estar en las manos y se evita la infección que podría producirse al tocarse los ojos, la boca y la nariz".
Una publicación en medRxiv.org de profesores de universidades japonesas e instituciones públicas del país establece que "las probabilidades de que un caso primario transmitiera COVID-19 en un ambiente cerrado fue 18.7 veces mayor en comparación con un ambiente al aire libre".
El dato forma parte de una análisis más amplio recogido por el New York Times en que afirma que "existe el riesgo de que las personas bajen la guardia o se encuentren con otras que no están a salvo".
Ahora bien, en nuestro día a día, y conforme nos vamos acoplando a lo que antes era nuestra vida diaria nos van surgiendo ciertas dudas sobre cómo actuar. En 'Manual de Prevención del Coronavirus' (Alienta Editorial), el doctor en Medicina y jefe de Medicina del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan (China), menciona que a la hora de prevenir el contagio en los espacios públicos hay que tratar de evitar el visitar lugares con grandes multitudes y poca ventilación.
"En caso necesario de hacerlo debe llevarse mascarilla", y seguir con las recomendaciones dictadas por la OMS. "Conviene reforzar la propia inmunidad y evitar los lugares concurridos y cerrados, así como practicar más ejercicio y mantener unos horarios de sueño regulares.