Primero fueron las 'colas del hambre' y ahora, las colas a secas. La pandemia de coronavirus nos dejó imágenes duras de personas soportando hileras interminables en barrios de Madrid a la espera de una ración de comida porque la economía familiar había quedado destrozada por el confinamiento, los despidos y los ERTE. Con el fin del estado de alarma y el regreso a la actividad, las colas se han convertido en algo normal debido a las restricciones de aforo de los locales y la obligación de distanciamiento Social, convirtiendo a las calles en una continua sala de espera.
Con una gran parte del sistema de Atención Primaria volcado en su nuevo papel de dique de contención contra la pandemia, los sanitarios reclaman la vuelta a normalidad en estos centros.
Ya son habituales las imágenes de pacientes esperando a ser atendidos refugiados ante un sol de justicia a las puertas de ambulatorios de la Comunidad Valenciana, como informa Las Provincias.
El Sindicato de Enfermería Satse ya ha reclamado la progresiva vuelta al normal funcionamiento de los centros de salud y que se retome la atención sanitaria "cercana y segura" para los pacientes.
Pero los usuarios de los ambulatorios no son los únicos afectados. Muchos comercios a pie de calle recuerdan que el aforo en sus locales está limitado por lo que no podrán permanecer en el interior y tendrán que hacerlo en plena calle.