Estas semanas hemos sido testigos de colas en algunas zonas de Madrid para recoger la compra. Las imágenes eran de uno de los barrios más necesitados de Madrid: Aluche. Pero es una imagen que empieza a convertirse en algo habitual en muchas zonas del país. Son los rostros de la desesperación, de la angustia, gente joven, gente mayor, familias con bebés... El reflejo de una dura realidad que se repite y que va a más. Decenas de personas hacen cola cada día en Madrid para poder llenar sus estómagos, sus carros vacíos, gracias a la ayuda de diversas entidades sociales que recogen los menús que se elaboran en cocinas de algunos colegios y que, desde allí, se reparten por los 21 distritos. Más de 80.000 madrileños están comiendo gracias a las ayudas de los servicios sociales del Ayuntamiento. Y el perfil se amplía sin remedio.
Las redes vecinales, un recurso para poder comer que se extiende
Más de 20.000 madrileños de 5.800 familias se alimentan durante el estado de alarma gracias a las redes vecinales solidarias de la capital, que denuncian que los servicios sociales municipales están “desbordados” y han obligado a más de 6.100 voluntarios a prestar esta ayuda.
Ante el aumento de peticiones de ayuda, en las últimas semanas se han puesto en marcha un total de 37 despensas solidarias gestionadas por los propios madrileños, congregados en 58 redes vecinales, según recoge en un comunicado la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm). De acuerdo con sus datos, desde el inicio del estado de alarma hasta el 30 de abril estas redes vecinales de apoyo mutuo de los barrios de Madrid han distribuido alimentos y productos de primera necesidad a más de 5.800 familias diferentes, que representan a alrededor de 20.000 personas, y advierten de que esas cifras “crecen semana tras semana”.
Las redes de Centro, Aluche, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Vicálvaro, Villaverde, San Blas y Usera son las que acumulan un mayor número de familias receptoras de comida, por ser los barrios “más vulnerables”.
No obstante, la Fravm asegura que la crisis económica y social derivada de la pandemia de la COVID-19 está “golpeando con fuerza” a familias de toda la ciudad, que en muchos casos se ven “por primera vez en su vida” en “la dura tesitura” de solicitar alimentos y productos básicos de higiene personal y de limpieza.
La Federación denuncia que, en este escenario, el área de Servicios Sociales de Madrid está “absolutamente desbordada”, después de que en marzo recibieran prácticamente el mismo número de peticiones de ayuda que en todo 2019, con más de 33.500 solicitudes.
“Pese a ello, mantienen una plantilla similar a la que tenían antes de la llegada de la pandemia”, critica la Fravm, que argumenta que esa situación ha obligado a “muchos hogares” a recurrir a las redes vecinales “que, a pesar de sus escasos recursos, ofrecen una respuesta inmediata”.
También mencionan que, con el paso de los días, a la prioridad de repartir comida se ha sumado la de entregar también medicamentos, facilitar acompañamientos sanitarios, pasear a animales domésticos o dar soporte psicológico y asesoría laboral, entre otros asuntos.
Hasta hoy la Red de Cuidados de Centro es el espacio que suministra alimentos a un número mayor de familias en la ciudad, habiendo proporcionado comida, hasta el 30 de abril, a 4.032 personas, 400 de ellas sin hogar.
Le siguen la Red de la Asociación Vecinal de Aluche, que acerca alimentos a 800 familias y un total de 3.200 personas; las cuatro redes de San Blas-Canillejas, que llegan a 779 familias; y las cuatro que conforman Somos Tribu de Vallecas, que alimentan a 755 familias.
Por otro lado, la Fravm menciona que este “fenómeno de solidaridad ciudadana” se repite en otros grandes municipios de la región, como Leganés, Móstoles o Alcorcón; y en localidades pequeñas, como Galapagar, Fresnedillas de la Oliva o Collado Villalba, entre otros.