Realmente no haya evidencias científicas, pero quien la sufre sabe que los cambios estacionales pueden agravar el problema de la caspa. Igual que existen ciertos hábitos que ayudan a controlarla, hay factores que pueden desencadenarla o empeorarla y concretamente la caspa seca puede brotar con el clima otoñal.
Por qué se producen los brotes de caspa otoñal
En la mayoría de los casos, la caspa tiene un origen genético y se atribuye a la proliferación de un hongo, pityrosporum ovale, que provoca la aceleración del proceso natural de regeneración de la piel provocando que las células muertas caigan con mayor frecuencia haciéndose visibles en forma de escamas.
Hay que diferenciar entre caspa seca y grasa. La primera está asociada al cabello seco y se presenta en forma de escamas blancas y ligeras. La segunda, propia del cabello graso, da lugar a escamas amarillentas y gruesas adheridas al cuero cabelludo.
Los brotes de caspa otoñales se pueden deber a diversos factores. En el caso de la caspa seca, se debe a que la llegada del frío, la sequedad provocada por las calefacciones, los contrastes de temperatura y el agua caliente en los lavados resecan el cuero cabelludo.
En cuanto a la caspa grasa, los brotes de otoño se producen por varias razones. Una de ellas es que durante el verano el sol y los baños en el mar ayudan a mejorar el problema, eso hace que se relajen los hábitos anticaspa y provoca que reaparezca con más fuerza.
Otro factor que provoca la mayor aparición de caspa en otoño es distanciar los lavados de cabeza, no porque el origen sea la falta de higiene, sino porque la limpieza ayuda a remover las escamas y de este modo se notarán menos.
Cómo enfrentarse a ellos
Como ante cualquier patología, la primera recomendación es acudir a tu especialista para que recomiende el tratamiento más adecuado. Nunca se debe elegir un champú anticaspa por recomendación de otra persona, porque existen diferentes principios activos y cada uno es adecuado para un tipo de caspa: zinc piritiona y ketokonazol (antifúngicos y antibacterianos), alquitrán, sulfuro de selenio (que disminuyen la velocidad de duplicación de las células) y ácido salicílico para los casos más severos.
La forma de uso también es determinante para un buen resultado y lo recomendable es que el champú permanezca en contacto con el cuero cabelludo al menos durante cinco minutos.
Además del uso de productos específicos, se recomienda un cambio en la alimentación: evitar excitantes como el café, el chocolate o el alcohol e introducir alimentos ricos en vitaminas del grupo (huevos, legumbres, pescado azul, frutos secos…), betacarotenos (verduras y hortalizas de color verde y naranja), zinc (cereales integrales, lácteos, chocolate…) y ácidos grasos esenciales Omega 3.