Cuando el 31 de diciembre comimos las doce uvas, estábamos convencidos de que el 2021 nos daría un respiro. Sin embargo, los datos no son tan esperanzadores. España ha entrado en la tercera ola del coronavirus con un número de contagios récord: 201.804 casos en la última semana.
La explosión de contagios ha coincidido con el que para algunos expertos es el día más triste del año. Se trata del Blue Monday, que se celebra este año el 18 de enero.
Para muchas personas, el mes de enero resulta especialmente duro psicológicamente hablando. Volver a la rutina tras las Navidades implica plantarle cara a la cuesta de enero, al estrés laboral, a los exámenes en la universidad y, este año, al aluvión de contagios por el coronavirus. Es por ello que el tercer mes de enero fue catalogado como el Blue Monday o, en español, ‘Lunes Triste’.
Concretamente, este nombre surgió de la mano de Cliff Arnall, profesor de psicología en la Universidad de Cardiff, en 2005. Según el catedrático, era posible calcular la fecha más triste del año utilizando una fórmula matemática.
Dicha fórmula tenía en cuenta el tiempo que invertimos en viajar, en relajarnos, en dormir, en momentos de estrés y en renunciar a los propósitos de año nuevo. También el clima, un factor muy importante en el estado de ánimo. Y, por supuesto, aspectos económicos como el sueldo o las deudas. El resultado fue una ecuación que daba como resultado un día en concreto: el tercer lunes de enero.
Curiosamente, el propio Cliff Arnall participó en una crítica campaña lanzada por el gobierno de las Islas Canarias contra el Blue Monday. En ella, destacaba la importancia de buscar nuestro propio significado para esta fecha. “No dejéis que una fórmula os de permiso para reír o para llorar porque, incluso si fuera verdad, si hoy no hubiera besos, ni primeros días, ni bodas, ni quedara ninguna excusa para abrazarse, siempre encontraríamos una”, afirmaba el catedrático. Finalmente concluía que las 24 horas que dura el tercer lunes de enero nos pertenecen y que está en nuestra mano decidir con qué estado de ánimo las afrontamos.
Sin embargo, en 2021 es difícil encontrar la alegría sin esos besos o abrazos de los que hablaba Cliff Arnall, ya que las medidas de seguridad por el coronavirus lo impiden.
El coronavirus ha afectado duramente a nuestra salud mental. Muestra de ello es que la OMS haya alertado que el confinamiento y la incertidumbre derivada de la pandemia pueden provocar un aumento de los suicidios y de trastornos mentales.
Lucas Giner, psiquiatra e investigador en la Universidad de Sevilla, señala que actualmente estamos viviendo una situación semejante a una catástrofe natural. Mientras duraba el confinamiento, vivíamos una especie de luna de miel en la que el optimismo nos mantenía unidos y ajenos a las consecuencias. “Ya ha pasado el huracán y nos damos cuenta de que nuestra casa está destrozada, hemos perdido familiares, nos hemos quedado en paro. Ahora es cuando van a aumentar los problemas y patologías psiquiátricas y por tanto los suicidios", afirmaba el experto.
Sus elucubraciones no tardaron en confirmarse. A finales de 2020, el número de llamadas al Teléfono de la Esperanza se había duplicado en sedes como la de Salamanca o Granada, y triplicado en las Islas Baleares. En la mayoría de los casos, se trataba de personas que estaban sufriendo una crisis de ansiedad o un episodio de depresión y necesitaban apoyo.
Pese a que 2021 esté “estrenándose”, los efectos del coronavirus en la salud mental no se han atenuado. El aumento de los contagios y las contradictorias medidas de seguridad en algunas comunidades autónomas han provocado que la población se sienta confusa, asustada y desesperanzada.
A esto se suma el obligatorio confinamiento que ha provocado la tormenta Filomena en algunos puntos de España. No poder salir de casa, esta vez por la nieve, ha hecho que reexperimentemos la claustrofobia psicológica del estado de alarma que se produjo en marzo de 2020.
Ahora más que nunca debemos tener clara la diferencia entre la depresión, un trastorno psicológico, y el desgaste psicológico provocado por el coronavirus.
La depresión se caracteriza por:
Todos en algún momento dado hemos experimentado uno o varios de estos síntomas, sobre todo durante la pandemia. Es normal sentir desgaste psicológico. El problema surge cuando los síntomas se prolongan en el tiempo más de dos semanas, interfieren con nuestro trabajo o vida social, o provocan mucho malestar.