Verano 2020. Pleno agosto. Y la imagen de Barcelona, de la Barcelona turística, de la que debería estar llena de gente que nos visita, ha desaparecido.
Monumentos como la Sagrada Familia deberían hoy estar llenos de curiosos que inundasen el templo con selfies, audioguías, paseos y admiración. Pero el turismo ha caído este año en picado. Algo que para algunos vecinos del barrio, tiene sus ventajas.
Para otros, es un incoveniente. Es el caso de Eduardo, tiene un bar justo al lado del templo y ha notado este descenso turístico, factura un 60% menos.
Calles vacías, comercios cerrados y estampas turísticas inexistentes es lo que nos deja este verano en tiempos de pandemia.
La consellera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat, Àngels Chacón, ha reclamado 7.500 millones de euros de los fondos europeos para ayudar al turismo en Catalunya: "Si ahora nos llega este dinero, sabremos muy rápido a donde tiene que ir".
En una entrevista de Rac1 ha dicho este sábado que el descenso que ha sufrido este sector en Catalunya ha sido del 87% de media en junio respecto al mismo período del año pasado, y que en general se espera una caída total de cerca del 60%.
Cree que el turismo debe reorientarse y avanzar hacia un nuevo modelo, pero asegura que no puede suceder de la noche a la mañana, y ha añadido que ve un menosprecio al sector con discursos a su parecer simplistas que plantean eliminarlo.
"¿Cómo haríamos para sustituir los 30.000 millones de euros?", ha dicho en referencia a los ingresos que normalmente obtiene de media el sector, y ha pedido no frivolizar con la situación del turismo.