Atragantamiento en niños: ¿cómo debemos actuar ante esta peligrosa situación?
En caso de atragantamiento es importante no perder la calma y actuar con precisión, siguiendo una serie de consejos
Alimentos como frutos secos, gominolas, huesos de pollo, espinas de pescado... suelen ser los responsables
Existen tres situaciones posibles y tres formas de actuar en cada caso concreto, y la edad también influye
Uno de los grandes temores de cualquier padre o madre es que un atragantamiento de su hijo pueda terminar en algo más que un susto. Lo peor es que es relativamente normal y frecuente que esto ocurra, sobre todo en caso de consumir determinados alimentos que, por su tamaño o forma, se presten más a provocar una situación de riesgo. Es el caso de frutos secos, gominolas o caramelos, espinas de pescado... Si quieres estar preparado para esta situación, ganar en tranquilidad y saber cómo actuar, toma nota de qué debes hacer en caso de atragantamiento en niños.
Atragantamiento en niños: qué hacer en estos casos
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Un atragantamiento es mucho más frecuente de lo que cabe pensar a simple vista. Nos ocurre incluso a los adultos y resulta mucho más frecuente en niños, especialmente cuando son menores de 5 años. Se trata, de hecho, de una causa muy común de accidentes infantiles. Además, no hay que olvidar que los atragantamientos pueden venir provocados por objetos, y no solo por alimentos: por eso es tan importante que los más pequeños aprendan cuanto antes a no introducir objetos en su boca y que comprendan el peligro que ello conlleva. También que, como adultos, seamos responsables y los alejemos de su alcance.
Así, es muy frecuente atragantarse con frutos secos, gominolas, huesos de pollo, espinas de pescado, monedas, pilas de botón, partes pequeñas de juguetes, canicas, botones… Esta situación suele darse de forma sobrevenida, lo que sin duda provocará que nuestro primer impulso sea nervioso. Es importante evitarlo: cuando seamos conscientes de que algo está impidiendo o dificultando la entrada de aire en las vías respiratorias del niño, deberemos actuar rápidamente pero de forma calmada y precisa, sabiendo de antemano qué camino de primeros auxilios debemos seguir.
En los casos más graves veremos cómo el niño tose o tiene arcadas que tratarán de liberar sus vías respiratorias. Es posible que se lleve las manos al cuello, que no pueda hablar o incluso que sus labios y cara comiencen a ponerse morados. La pérdida de conocimiento también puede ocurrir. En todos los supuestos, hay que conocer a qué escenario concreto nos enfrentamos.
- Si el niño tose y se encuenta consciente, siendo su tos productiva, debemos anime a seguir tosiendo, sin que sea necesario (en contra de lo que suele pensarse) darle golpes en la espalda o intentar extraer el cuerpo extraño de su boca si no podemos verlo.
- Otra cosa es que el niño se encuentre consciente pero que su tos sea inefectiva: en estos casos (también cuando la tos es débil), lo primero es llamar al 112 y, a continuación, llevar a cabo la llamada maniobra de Heimlich.
- En caso de que el niño se encuentre inconsciente, llama al 112, coloca al niño sobre una superficie dura y comprueba si puedes ver el cuerpo extraño en su boca. Si lo ves, intenta extraerlo con el dedo en forma de gancho, tal y como explica la web de divulgación Palabra de Enfermera. Abre la vía aérea colocando una mano en la frente y la otra tirando de la barbilla hacia arriba y abriendo la boca (es la llamada maniobra frente-mentón) y comprueba si respira. Si es así, colócale de lado y espera a que lleguen los servicios de emergencia. Si no respira, tocará insuflar aire en 5 ocasiones y observar si se mueve el pecho. Si no es así, tocará iniciar las maniobras de resucitación cardiopulmonar: 30 compresiones torácicas y 2 insuflaciones boca a boca (o boca-nariz). Comprueba cada dos minutos si respira y, si es así, para y espera al 112 pero, en caso contrario sigue intentándolo hasta que llegue la ayuda solicitada.
Por último, en el caso de niños muy pequeños (menores de un año), las medidas cambian: si ves el objeto claramente en su boca, extráelo con el dedo en forma de gancho. En caso contrario, coloca al niño sobre tus piernas boca abajo y dale 5 golpes secos en la parte alta de la espalda (entre los omóplatos). Luego dale la vuelta y realiza cinco compresiones en el centro del pecho con dos dedos, debajo de la linea imaginaria que uniría sus pezones. Se deberá repetir esta operación hasta que expulse el objeto. Si empeora o pierde el conocimiento, lo mejor es parar hasta que llegue ayuda.