Todos queremos que la pandemia de coronavirus se acabe pero… ¿a qué precio? La carrera por tener la primera vacuna está en marcha. La FDA (Agencia de Administración de Drogas y Alimentos) el equivalente en EEUU a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) podría autorizar su uso de emergencia, algo que Clint Hermes, experto en enfermedades infecciosas pone en entredicho en un artículo.
En circunstancias normales, para que la FDA apruebe una vacuna son necesarios además de completar los ensayos clínicos, un proceso de seguimiento de pacientes que lleva al menos seis meses, que la Agencia revise las instalaciones del laboratorio, los datos de estabilidad del producto y el proceso de fabricación. En total un año o más, cuenta en el MIT Clint Hermes.
Por eso la FDA se ha planteado autorizar el uso de emergencia, EUA, de la vacuna contra el covid antes de tener toda la información. Hay tres fabricantes que ya han dicho pedir el uso EUA de su vacuna, Pfizer, entre ellos.
Sin embargo, Hermes advierte de los inconvenientes de este uso de emergencia de la vacuna contra el coronavirus. En primer lugar es que una vez que se autoriza una vacuna de esta forma es difícil y poco ético completar los ensayos clínicos y se complica que se sigan investigando otras vacunas que podrían ser mejores. Pero lo peor de todo para Hermes es la confianza de la población en la vacuna.
Si la población no confía lo suficiente en una vacuna, como podría pasar si se autoriza de emergencia, no serviría porque difícilmente se lograría inmunidad con ella. Los datos del Pew Research Center muestran una diminución de la confianza en una vacuna covid19 en hombres y mujeres, de todas las razas, edades y educación y muchos de ellos hablan de falta de seguridad y el ritmo de la investigación. Esta falta de confianza en una vacuna aprobada con carácter de urgencia hace que esta herramienta no sea la adecuada para luchar contra el covid, dice Hermes.
Si los resultados de los ensayos son prometedores, la FDA tiene otro mecanismo a si alcance. El llamado “acceso ampliado”, que se suele usar para que los tratamientos experimentales estén disponibles para pacientes enfermos que no tienen alternativas. Este sistema evitaría interrumpir los ensayos clínicos y sus exigencias de seguridad son mayores que en los procedimientos EUA.
El público debe confiar lo suficiente en la vacuna contra el covid para que dicha confianza resista a posibles contratiempos: una protección por debajo del 100%, los efectos secundarios y hasta posibles retiradas.