Un estudio del Grupo de Investigación en Quimioinformática y Nutrición de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona ha demostrado que un nuevo fármaco, el Sarafloxacin, un antibiótico de uso veterinario, inhibe un enzima clave en el replicado y transcripción del virus de la COVID-19.
La iniciativa europea de validación experimental, Covid Moonshot, ha llevado a cabo los estudios para comprobar su bioactividad y los resultados confirman que es el tercer fármaco de los siete identificados por este grupo de investigación que inhibe el enzima M-pro.
Los resultados experimentales con Sarafloxacin han demostrado también que su capacidad para frenar la réplica del virus es aún más elevada que los dos fármacos antinflamatorios que habían validado inicialmente.
Como resultado del estudio de la URV se habían predicho que siete de los 6.466 fármacos que se habían detectado después de hacer un cribado computacional podían tener la capacidad de inhibir la M-pro y, por tanto, la réplica del virus.
Los resultados de estas siete moléculas se compartieron con la iniciativa internacional Covid Moonshot, que inicialmente validó dos (carprofen y celecoxib) para comprobar in vitro la capacidad para inhibir la proteasa principal del virus, el M-pro.
Las conclusiones obtenidas fueron que con una concentración de 50 micras (micromoles por litro) de celecoxib o de carprofen, ambas moléculas son capaces de disminuir la actividad in vitro de la M-pro (con una inhibición del 11,9 % para celecoxib y del 4 % para el carprofen).
Ahora han demostrado que este antibiótico de uso veterinario, el Sarafloxacin, presenta una bioactividad aún mayor, del 20 %, a una concentración de 50 micras.
Aunque no se trata de inhibidores muy potentes, el estudio indica que estos tres compuestos se pueden utilizar como punto de partida para diseñar derivados aún más potentes.
Según Gerard Pujadas, investigador principal del grupo de investigación, esta nueva confirmación apunta que la metodología computacional diseñada en la URV "es altamente efectiva para detectar inhibidores de la M-pro en bases de datos moleculares".
Por eso, "aparte de para reposicionar fármacos autorizados, esta estrategia computacional también podría ser utilizada para buscar nuevos fármacos para tratar la COVID-19 en otras bases de datos moleculares", según el investigador.
Los investigadores esperan que las cuatro moléculas restantes sean seleccionadas próximamente para comprobar también su bioactividad.
Desde el estallido de la pandemia de COVID-19, los científicos trabajan para descubrir un tratamiento eficaz contra el virus responsable de la enfermedad.
Encontrar fármacos que puedan inhibir la infección causada por el SARS-CoV-2 es un paso esencial en espera de la vacuna que pueda frenar la expansión del virus.
El Grupo de Investigación en Quimioinformática y Nutrición de la URV ha hecho un cribado computacional para predecir si hay algún medicamento autorizado para tratar alguna otra patología que pueda inhibir la proteasa principal del virus (M-pro), un aspecto clave porque este enzima tiene un papel esencial en la réplica del virus.