El coronavirus puede afectar a diferentes partes de nuestro organismo, afectando sobre todo a nuestros pulmones, el cerebro y el corazón. Este último puede verse gravemente dañado en pacientes que sufren una Covid-19 grave.
Desde que surgió la pandemia, millones de estudios en todo el mundo han tratado de evaluar todos los síntomas que puede acarrear la enfermedad y sus consecuencias. En el ámbito del corazón, el coronavirus puede provocar una serie de anomalías cardíacas graves.
El pasado mes de febrero, un estudio de 148 pacientes de seis hospitales de agudos en Londres, el estudio más grande hasta la fecha para este tipo de pacientes, reveló que alrededor del 50% de los pacientes que fueron hospitalizados con COVID-19 grave y que mostraron niveles elevados de una proteína llamada troponina tenían daños en el corazón. La lesión fue detectada por imágenes de resonancia magnética (MRI) al menos un mes después del alta, según los hallazgos publicados en 'European Heart Journal'.
El daño incluye inflamación del músculo cardíaco (miocarditis), cicatrización o muerte del tejido cardíaco (infarto), restricción del suministro de sangre al corazón (isquemia) y combinaciones de los tres.
Muchos pacientes hospitalizados con COVID-19 tienen niveles elevados de troponina durante la fase crítica de la enfermedad, cuando el cuerpo genera una respuesta inmune exagerada a la infección. Los niveles de troponina estaban elevados en todos los pacientes de este estudio, a los que se les realizó un seguimiento con resonancias magnéticas del corazón después del alta para comprender las causas y la extensión del daño.
La función del ventrículo izquierdo del corazón, la cámara que es responsable de bombear sangre oxigenada a todas las partes del cuerpo, fue normal en el 89% de los 148 pacientes, pero hubo cicatrices o lesiones en el músculo cardíaco en 80 pacientes (54%). El patrón de cicatrización o lesión tisular se originó por inflamación en 39 pacientes (26%), cardiopatía isquémica, que incluye infarto o isquemia, en 32 pacientes (22%), o ambas en nueve pacientes (6%). Doce pacientes (8%) parecían tener una inflamación cardíaca continua.
Otro estudio publicado hace unas semanas, esta vez por parte de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (Estados Unidos) ha evidenciado que el daño cardíaco de los pacientes con COVID-19 se debe a que el virus invade y se replica en el interior de las células del músculo cardíaco, lo que provoca la muerte de las células e interfiere en la contracción del músculo cardíaco.
En su trabajo, publicado en la revista científica 'Journal of the American College of Cardiology: Basic to Translational Science', los investigadores utilizaron células madre para diseñar un tejido cardíaco que modela la infección humana y podría ayudar a estudiar la enfermedad y desarrollar posibles terapias.
"Al principio de la pandemia, tuvimos pruebas de que este coronavirus puede causar insuficiencia cardíaca o lesiones cardíacas en personas generalmente sanas, lo que fue alarmante para la comunidad de cardiólogos. Nuestro estudio es único porque demuestra definitivamente que, en los pacientes con COVID-19 que desarrollaron insuficiencia cardíaca, el virus infecta el corazón, concretamente las células del músculo cardíaco", explica el autor principal de la investigación, Kory J. Lavine.
Estos científicos también utilizaron células madre para diseñar tejidos que modelan cómo se contrae el tejido cardíaco humano. Al estudiar estos modelos de tejido cardíaco, determinaron que la infección viral no sólo mata las células del músculo cardíaco, sino que destruye las unidades de fibras musculares responsables de la contracción del músculo cardíaco. También demostraron que esta muerte celular y la pérdida de fibras del músculo cardíaco pueden producirse incluso en ausencia de inflamación.
"La inflamación puede ser un segundo golpe sobre el daño causado por el virus, pero la inflamación en sí misma no es la causa inicial de la lesión cardíaca", apunta Lavine.
Otras infecciones víricas se han asociado desde hace tiempo a daños en el corazón, pero Lavine argumenta que el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, es único por el efecto que tiene en el corazón, especialmente en las células inmunitarias que responden a la infección. En la COVID-19, las células inmunitarias denominadas macrófagos, monocitos y células dendríticas dominan la respuesta inmunitaria. En la mayoría de los demás virus que afectan al corazón, las células T y B del sistema inmunitario entran en escena.
"La COVID-19 está provocando una respuesta inmunitaria diferente en el corazón en comparación con otros virus, y aún no sabemos qué significa esto. En general, las células inmunitarias que se observan en respuesta a otros virus tienden a estar asociadas a una enfermedad relativamente corta que se resuelve con cuidados de apoyo. Pero las células inmunitarias que vemos en los pacientes con COVID-19 tienden a asociarse con una enfermedad crónica que puede tener consecuencias a largo plazo. Se trata de asociaciones, por lo que necesitaremos más investigación para entender lo que está sucediendo", señala el investigador.
Parte de la razón por la que estas cuestiones de causalidad en el daño cardíaco han sido difíciles de responder es la dificultad de estudiar el tejido cardíaco de los pacientes con COVID-19. Los investigadores pudieron validar sus hallazgos estudiando el tejido de cuatro pacientes con COVID-19 que presentaban lesiones cardíacas asociadas a la infección, pero se necesita más investigación. Para ello, están trabajando en el desarrollo de un modelo de ratón de la lesión cardíaca.