Las autoridades europeas han activado la alerta alimentaria después de que el óxido de etileno, una sustancia tóxica y cancerígena, haya sido hallado entre los componentes de helados y otros productos de gran consumo.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) instó el pasado mes de junio a varias empresas a retirar este componente de sus productos por los efectos negativos que puede llegar a tener sobre la salud y la fertilidad.
El Ministerio de Sanidad alerta de que la exposición prolongada a niveles altos (700 ppm) de óxido de etileno en el aire ha causado convulsiones y cataratas en humanos y, a niveles más bajos, ha provocado problemas de coordinación entre los ojos y las manos e irritación en los ojos y la nariz.
Tal y como publica la AESAN en un comunicado, la Unión Europea ha alcanzado un acuerdo con los países miembros de la UE para unificar la legislación referente a la presencia de este producto tóxico en los productos alimenticios.
Entre los puntos del acuerdo alcanzado se recoge que los productos con óxido de etileno así como todos los productos elaborados con dicho aditivo deben ser considerados como no seguros ni aptos para su consumo. Así mismo, se ha acordado la retirada de este tipo de productos del mercado comunitario para garantizar la salud y el binestar de la ciudadanía.
Las muestras más representativas de este componente químico fueron halladas en cierto tipo de helados en los que se utiliza como estabilizante. La Comisión Europea ha establecido unos límites por los que cualquier producto que sobrepase una cantidad mínima de óxido de etileno debe ser retirado inmediatamente del mercado.
La directiva Europa parece haber caído en saco roto después de que nuevos análisis elaborados a lo lardo del año 2020 hayan revelado de nuevo la presencia de esta sustancia en varios productos destinados a la ingesta. Las semillas de sésamo son otro de los productos que han registrado una presencia preocupante de este componente que, a efectos legislativos, está prohibido.
El óxido de etileno sirve para evitar el moho y las infecciones como la salmonela pero puede tener también efectos negativos por sí mismo. La Unión Europea sin embargo lleva años prohibiendo su utilización en el sector de la alimentación. Desde 1991 no está permitido su uso como plaguicida así como desde el 2011 tampoco se puede utilizar para proteger piensos ni otro tipo de alimentos.
Más allá del campo de la alimentación, se trata de un químico utilizado para la desinfección y se caracteriza por ser altamente inflamable. Si se inhala o se consume en grandes cantidades puede llegar a producir cáncer y otro tipo de patologías severas.