Recientemente se ha descubierto la gravedad de la comúnmente conocida como tos ferina. Comienza como un resfriado común, pero no termina como tal. Esta tos, también llamada 'tos de 100 días', es una enfermedad bacteriana altamente contagiosa que infecta a millones de personas en todo el mundo y mata a decenas de miles cada año, según ha explicado ScienceAlert.
Pero la buena noticia es que hay vacunas para protegernos de la bacteria Bordetella pertussis que causa la tos ferina. Esta ha existido desde mediados del siglo XX, protegiendo a las personas de los síntomas respiratorios intensos, a veces fatales. Pero aun así a día de hoy sigue afectando a una gran cantidad de personas.
Un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos australianos descubrió cómo las cepas de B. pertussis se están adaptando a la vacuna acelular actual (ACV) utilizada en Australia, que es similar a los ACV utilizados para la tos ferina en otros países del mundo. "Descubrimos que las cepas de la tos ferina estaban evolucionando para mejorar su supervivencia, independientemente de si una persona estaba vacunada o no", explica el microbiólogo Laurence Luu de la UNSW.
"En pocas palabras, las bacterias que causan la tos ferina se están volviendo mejores para esconderse y para alimentarse, se están transformando en una superbacteria". Los investigadores dicen que estos nuevos cambios en B. pertussis significan que la bacteria puede ser "metabólicamente más adecuada" que las generaciones anteriores, y puede eliminar de manera más eficiente los nutrientes de los huéspedes, evitando al mismo tiempo las respuestas del sistema inmunitario del huésped.
Todo suena bastante aterrador, y las últimas investigaciones sobre superbacterias en general indican que ya son responsables de enfermar a 3 millones de personas en los Estados Unidos cada año, de las cuales unas 35.000 no sobreviven a la infección.
Sin embargo, en términos de tos ferina, el equipo de UNSW dice que no hay necesidad de entrar en pánico. B. pertussis aún no es una superbacteria, y los medicamentos de inmunización actuales todavía funcionan, pero los investigadores hacen hincapié en que se deben desarrollar nuevas vacunas en los próximos cinco a 10 años, para contrarrestar los aparentes cambios en curso en B. pertussis .