La Organización Mundial de la Salud alerta del aumento de una cepa de gonorrea resistente a los antibióticos por culpa del coronavirus. La causa de esta mutación de la enfermedad de transmisión sexual, estaría en el uso excesivo de ese tipo de medicamentos, sobre todo de la azitromicina, en las primeras fases del virus.
Este antibiótico, prescrito para el tratamiento de infecciones respiratorias, se utilizó sobre todo al inicio de la pandemia para hacer frente a los primeros síntomas derivados del coronavirus. Su uso habría fomentado que la gonorrea haya mutado y sea resistente a los medicamentos habituales.
"Esta enfermedad, causada por una bacteria, se trata con dos medicamentos, pero ya se ha desarrollado resistencia a uno de ellos. Es posible que dentro de poco ya no haya ninguna opción terapéutica para tratar las infecciones por gonorrea multirresistente", comentó en su portal la OMS.
La OMS también advierte de que la pandemia de coronavirus frenó la atención a otro tipo de dolencias o enfermedades. Cree que en estos meses se han dado casos de gonorreas que no fueron diagnosticadas, lo que aumenta el riesgo de que las personas nunca se enteren de que la padecen o, lo que es peor, que se automediquen.
La aparición de cepas de gonorrea resistentes a los antibióticos se ha dado ya en los últimos años. En 2018, en Reino Unido se conoció el primer caso que era altamente resistente a los fármacos. También hubo episodios similares en Japón, Eslovenia, Francia, Irlanda del Norte, Suecia y Australia. Ahora se puede generalizar debido al coronavirus.
La gonorrea es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por una bacteria denominada Neisseria gonorrhoeae, que afecta al tracto genital, la boca y el ano. Se contagia mediante el contacto sexual.
La OMS estima que en 2016 aparecieron 87 millones de nuevos casos en adolescentes y adultos de 15 a 49 años en todo el mundo, con una tasa mundial de 20 y 26 casos por cada 1000 mujeres y hombres, respectivamente.
Los síntomas de la gonorrea suelen aparecer de 2 a 5 días después de producirse la infección en el caso de las mujeres, mientras que en los hombres suele llegar a tardar hasta un mes.
Los síntomas en las mujeres son dolor abdominal, flujo vaginal amarillento, sangrado entre periodos menstruales, dolor al tener relaciones sexuales y al orinar, necesidad de orinar más frecuentemente, vómitos, hinchazón o sensibilidad en la vulva, fiebre e irregularidades en la menstruación.
En el caso de los hombres, los síntomas pueden ser: secreción parecida al pus en el pene, dolor o sensación de ardor al orinar y necesidad de orinar más frecuentemente.