En España hay ocho millones de personas alérgicas al polen. La primavera, que está ahí ya, va a ser muy complicada para ellos en ciudades como Cáceres y Badajoz, donde cada año se da la mayor concentración de gramíneas. En Madrid y Toledo tampoco lo van a tener fácil como consecuencia de la borrasca Filomena.
En Madrid se espera esta primavera unos 6.000 granos de gramíneas por metro cúbico de aire. Por encima de 5.000 se considera un nivel muy intenso de polen. El doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), ha explicado el frío intenso que trajo Filomena provoca que las gramíneas salvajes, las mayores culpables de las alergias al polen en primavera, enraícen más profundamente, y por tanto, la polinización sea mayor. De ahí viene el refrán ‘año de nieves, año de bienes’, ha recordado el doctor. “Si la cosecha de cereal es buena vienen malos tiempos para los alérgicos”.
Aunque el temporal ha roto muchos árboles en estas ciudades y eso es un punto a favor de los pacientes, el doctor Moral también ha señalado que el frío retrasa la polinización, como ha pasado ya con los almendros, aumentando las previsiones de polen.
Habitualmente, en España, Cáceres y Badajoz acumulan los mayores niveles de polen en primavera. Este año se esperan 10.000 granos. Le siguen ciudades del centro peninsular como Madrid, Valladolid, Toledo y Ciudad Real.
“Los alérgicos a pólenes de gramíneas de Castilla-León, Castilla-La Mancha, Aragón y Madrid se enfrentarán a una primavera muy variada, que oscilará entre los 2.000 granos/m³ de Cuenca y los 7.000 granos/m³ de Toledo", señala el alérgólogo. "Concretamente, en Aragón, se prevé una primavera leve, sin llegar a superar los 3.000 granos/m³. En Castilla-León se espera una primavera moderada, con valores entre 3.000 y 4.000 granos/m³. En Castilla-La Mancha se prevé leve en Cuenca, Guadalajara y Albacete, mientras que se espera que sea moderada en Ciudad Real e intensa en Toledo”.
Una reciente investigación de la Universidad Técnica de Múnich y el Helmholtz Zentrum Múnich sostiene que, si hay mucho polen en suspensión la tasa de infección por SARS-CoV-2 aumenta. Sin embargo, desde la SEIAC no lo tienen tan claro.
El doctor Moral entiende que los pólenes – produzcan alergias o no- disminuyen las defensas y, por tanto, se puede favorecer la replicación de los virus. No obstante, puntualiza que este estudio toma datos de solo 250 estaciones de medición de 31 países durante cuatro meses de 2020. “Para determinar si el polen afecta a la incidencia de covid. Además, puntualiza que el final de la primera ola –en 2020- coincidió con una época de mucho polen en el ambiente.
El doctor Antonio Valero, presidente de la SEAIC va más allá. Señala que este estudio tiene “factores de confusión muy importantes. Hay otras investigaciones que apuntan lo contrario. No hay datos para vincular la polinización y un mayor número de contagios de covid. No hay que alarmar”.
Es más, si se relaciona covid y alergias, los doctores destacan algo positivo –si es que el virus ha traído algo bueno-. Y es el uso de la mascarilla, que “ha venido para quedarse”.
Los alergólogos siempre han recomendado a sus pacientes alérgicos al polen, unos 8 millones en España, el uso de la mascarilla. Algo que casi nadie ha hecho hasta ahora por estigma o vergüenza.
Hoy por hoy, la gente ha comprobado como la mascarilla filtra, además del virus, las partículas de polen. Como consecuencia, los pacientes ahora se quejan más en las consultas de molestias oculares. El doctor Moral aconseja también proteger los ojos con gafas lo más cerradas posibles al rostro y, sobre todo, no salir a la calle los días de mucho viento.
La enfermedad alérgica respiratoria es altamente frecuente, afirma el presidente de SEIAC. Uno de cada cuatro personas padecerá alergia a lo largo de su vida, la mitad de ellos al polen. La prevalencia de esta enfermedad irá en aumento por la contaminación y por la acción del cambio climático.
Los alérgicos al polen lo son cada vez a más pólenes distintos -añade el Moral- y “por eso hay que dejar de pensar en el polen y las alergias como algo exclusivo de la primavera”.