"En otoño hay siempre un repunte de las infecciones víricas clásicas, y la culpa puede ser, en parte y muy entre comillas, por el cambio de temperaturas. Sin embargo, la principal razón es, sin duda, la vuelta al cole", explica Jiménez, quien insiste en que, a pesar de ser virus que están constantemente en nuestro alrededor, es cuando vuelven a las aulas los niños (los mejores transmisores de los virus del catarro) cuando se produce un contagio mayor.
La razón tiene que ver con los espacios cerrados y con el contacto directo entre unos y otros. Los virus del catarro se propagan por las vías respiratorias, así que "en cuanto uno tose o habla, el que respira se contagia", apunta.
Y eso, unido a que el cambio de estación nos hace sufrir un descenso de nuestras defensas (estamos más cansados, hay menos horas de luz, cuesta sobreponerse al ritmo diario de trabajo tras las vacaciones), puede hacernos más vulnerables y susceptibles a desarrollar la enfermedad.
El frío también es 'bueno' para el virus
Si bien hasta hace bien poco los científicos no tenían muy claro por qué en ambientes fríos los virus del catarro se propagaban mejor, ahora se sabe que es porque este influye negativamente en nuestras células de la nariz, aquellas que evitan que las infecciones se instalen en las vías respiratorias y sean expulsadas.
Así, no es que el virus se haga más fuerte en ambientes fríos, sino que nuestras células epiteriales reducen su actividad y, por tanto, nuestro sistema inmunológico no es tan eficaz. Por eso, aunque el frío puede influir en el desarrollo de los catarros, no es ahora, cuando aún hace buen tiempo, una de las razones por la que cojas un catarro.
No es gripe (aunque creas que sí)
Otra de las dudas que tenemos cuando nos ponemos malos en esta época del año es si lo que tenemos es gripe, a lo que Jiménez insiste en que "en otoño no, aunque se puede confundir por los síntomas", que van desde dolor de garganta, tos, estornudos, obstrucción nasal hasta dolor de cabeza y malestar general.
Al contrario, es que ni siquiera el virus que lo produce no es el mismo y el catarro puede producirse por agentes de "origen muy diverso: están los rinovirus, los adenovirus, los coronavirus, etc."
Mucho cuidado con la automedicación
Finalmente, si estás estos días con el catarro (que no con la gripe) tenemos una mala noticia: no tiene cura y "tampoco la tendrá". Así que es buen momento para recordar que lo último que debes hacer es recurrir a los antibióticos: "no solo no hacen efecto contra el catarro sino que pueden hacer que desarrolles resistencia a las bacterias", advierte el microbiólogo
Por eso, lo mejor que puedes hacer para estos días de malestar es acudir al médico, descansar, tomar analgésicos si hay dolor asociado al catarro y esperar. Total, normalmente no duran más de una semana.