"Estoy enganchada al horóscopo": que mucha gente necesite buscar respuestas tiene una explicación
El efecto Barnum, la profecía autocumplida y el sesgo confirmatorio son algunos de los fenómenos que nos permiten entender la fascinación provocada por el horóscopo
El horóscopo, los signos zodiacales y la astrología tienen una gran utilidad: nos hacen interesarnos más por nuestras características psicológicas
Leer que estamos a punto de conocer a nuestro gran amor puede predisponernos a coquetear más
La astrología y los signos del zodiaco tienen su origen en escritos de la antigua Mesopotamia, es decir, en el siglo VIII a.C. En otras palabras, más de dos mil ocho cientos años atrás. Sin embargo, esta disciplina sigue provocando interés colectivo pese a carecer de validez científica.
Nos gusta leer el horóscopo, identificándonos con atributos asignados aleatoriamente. Revistas, páginas web, aplicaciones de móvil y cuentas de Instagram abordan esta temática, e incluso hemos incorporado las aportaciones de la astrología a nuestras conversaciones cotidianas.
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- El otro día di una fiesta en casa y me cabreé con mis amigos porque dejaron todo hecho un desastre.
- Uy, ¡eso es tan de virgo!
Por un lado, bromeamos al identificarnos fielmente con nuestro signo del zodiaco. Aun así, hay una parte de nosotros que se pregunta "¿Me pasará esto de verdad?" cuando leemos el horóscopo.
El efecto Barnum
Una de las razones por las que el horóscopo y los signos zodiacales despiertan tanto interés es 'el efecto Barnum' o la falacia de validación personal.
Este fenómeno psicológico se produce cuando leemos o nos dan una descripción de nuestra personalidad que supuestamente es exclusiva y se adapta a la perfección a nuestra forma de ser única. En realidad, este tipo de predicciones suelen ser muy genéricas y por eso todo el mundo se siente identificado.
Para entenderlo mejor, imagínate que un periódico tiene una errata en la sección del horóscopo. En la mitad de los ejemplares pone: "Las personas que son capricornio son tenaces y leales, pero a veces dudan de sí mismas. Si eres capricornio, tendrás una gran oportunidad. No dudes de ti", y en la otra mitad de los ejemplares pone exactamente lo mismo, pero aplicado al signo zodiacal leo.
Según 'el efecto Barnum', todas las personas que lean esa descripción (sean capricornio o leo) se sentirán identificadas.
Este fenómeno explicaría porque nos sentimos tan representados por el zodiaco y algunos tests de personalidad, pero también es útil para entender por qué tienen tanto gancho otras prácticas acientíficas.
La profecía autocumplida
Al 'efecto Barnum' se suma un fenómeno psicológico más: la profecía autocumplida o 'el efecto Pigmalión'.
Si tu pareja es tremendamente celosa y siempre te pone a prueba o te hace sentir culpable, es muy probable que tarde o temprano acabes mandándole a freír espárragos y conozcas a una persona más estable.
Lo mismo sucede cuando le dices a un adolescente que no vale para nada, que nunca conseguirá aprender y que estudiar no es lo suyo. Si se lo repiten constantemente, acabará dejando los estudios.
Leer que estamos a punto de conocer a nuestro gran amor puede predisponernos a coquetear más
Estos dos ejemplos describen a la perfección como una descripción que a priori es falsa provoca un nuevo comportamiento que la convierte en verdadera.
En el caso del horóscopo, leer que estamos a punto de conocer a nuestro gran amor puede predisponernos a coquetear más, abriéndonos a conocer a alguien nuevo y ligando con mayor facilidad. No es adivinación, sino psicología social.
El sesgo confirmatorio
Por último, pero no menos importante, entra en juego el sesgo confirmatorio, muy relacionado con 'el efecto Barnum' y con la profecía autocumplida.
A los seres humanos nos gusta tener razón y si somos defensores de la astrología, encontraremos miles de argumentos para justificar su validez.
"Es que los que somos escorpio actuamos con mucha intensidad, y esto es totalmente cierto porque yo desde pequeño soy muy emocional, me gusta tener razón y todos mis amigos dicen que tengo carácter".
Seguro que una persona del signo escorpio tiene muchas anécdotas en las que destaca su pasión, su orgullo o su carácter, pero también habrá actuado con timidez y de forma racional o calmada en otras ocasiones.
En otras palabras, nos fijamos y recordamos mejor la información que confirma la definición prototípica de nuestro signo del zodiaco. El problema es que omitimos los detalles, hechos y recuerdos que no cuadran o que nos permitirían identificarnos mejor con otro signo.
Pese a todas las críticas, el horóscopo, los signos zodiacales y la astrología tienen una gran utilidad: nos hacen interesarnos más por nuestras características psicológicas. Conocer cómo somos, qué es lo que nos gusta y cuáles son nuestras reacciones emocionales características es algo muy necesario siempre y cuando seamos conscientes de que la respuesta está en nosotros mismos y no en nuestra fecha de nacimiento.