Podólogos advierten sobre el riesgo del uso de callicidas
El ácido salicílico quema el callo pero también el tejido sano que se encuentra alrededor
La solución definitiva pasa por un tratamiento conservador y, en algunos casos, la cirugía
Suele aparecer en adultos de más de 20 años y la prevalencia es mayor a partir de los 40
Los podólogos españoles quieren alertar a la población sobre el riesgo del uso de callicidas para tratar el heloma, terminología podológica con la que se denomina al callo, debido a que incluyen en su composición ácido salicílico. Este quema el heloma pero también el tejido sano de alrededor del mismo.
"Cuando el paciente intenta eliminar un heloma con un callicida lo que puede provocar es otra lesión más severa: una quemadura", afirma la profesora titular de Quiropodología y Cirugía podológica de la Universidad Complutense, Rosario Morales. Esta lesión que puede provocar un callicida puede "no ser preocupante en una persona sana, pero sí en pacientes de alto riesgo como diabéticos, pacientes tratados con anticoagulantes, personas con problemas vasculares o neuropatías", añade, ya que esta herida provocada por el producto químico es una vía de entrada de gérmenes y, por lo tanto, hay más probabilidad de que pueda ser contaminada o infectada por bacterias.
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Así, la doctora asegura que este producto, que se distribuye en farmacias, internet y en supermercados y que, en algunos casos, incluso se prescribe por profesionales sanitarios "no soluciona el problema", porque "no trata la causa que lo está provocando", por lo que indica que la solución definitiva pasa por un tratamiento conservador (ortopodológico), y, en algunos casos, la cirugía.
Según aconseja Morales, lo que debe hacer un paciente que cree que tiene un callo o heloma es "ir al podólogo para que diagnostique la causa por la que se está produciendo y le dé una solución segura", pues la aparición del heloma se debe a que la piel en esa zona está sometida a una presión y un roce continuo, provocando un proceso inflamatorio crónico que afecta a los queratinocitos, las células predominantes en la piel. Tal y como detalla, "esto se debe, fundamentalmente, a factores extrínsecos, como el calzado inadecuado, o intrínsecos, como deformidades óseas, alteraciones biomecánicas, alteraciones estructurales del pie, o deformidades en dedos".
Existe el riesgo de que el paciente confunda un heloma con otra dermatopatía como, por ejemplo, un papiloma. "Sea una u otra afección, lo que debe hacer es ir al podólogo, para que puede tratar ambos problemas", asegura la doctora. Como indicador, hay que saber que el papiloma es poco frecuente en adultos, siendo más común en niños, adolescentes y jóvenes, mientras que el heloma tiene una mayor prevalencia en adultos y personas mayores. Suele aparecer en adultos de más de 20 años y la prevalencia es mayor a partir de los 40.
El tratamiento paliativo del callo, aunque no definitivo, consiste en eliminar esa acumulación de células muertas (queratinocitos) mediante la técnica de la quiropodia, esto es, una deslaminación de la hiperqueratosis y enucleación del heloma. Si no se actúa sobre la causa, en un plazo de 20 a 45 días vuelve a aparecer y habrá que repetir el tratamiento.