La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis (fuiTB) han llamado a reconsiderar las estrategias puestas en marcha hasta ahora para el control de la tuberculosis y actuar de manera decidida para revertir el aumento de casos que ha experimentado esta enfermedad en los últimos años.

En el marco del Día Mundial de la Tuberculosis, que se conmemora cada 24 de marzo, ambas entidades han invitado a replantear las intervenciones para mejorar la prevención, el diagnóstico, el cumplimiento del tratamiento y la atención a las desigualdades sociales para controlar una enfermedad que en 2023 causó 1,25 millones de muertes, el doble que el VIH.

Así lo recogen las estimaciones del último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que muestran la tendencia al alza de la tuberculosis, pues en 2023 se diagnosticaron 10,8 millones de casos en todo el mundo, frente a los 10,7 millones de 2022.

La OMS estableció en su estrategia mundial para alcanzar el fin de la enfermedad ('End TB') el objetivo de reducir un 80% la tasa de incidencia de tuberculosis para 2030 respecto a 2015, con un descenso anual del cinco por ciento, pensando en llegar al 90 por ciento en 2035.

Sin embargo, los expertos han advertido que los objetivos están lejos de alcanzarse, teniendo en cuenta los datos recogidos por la agencia sanitaria mundial y el incremento de incidencia que se está produciendo en muchos países.

En el caso de España, la incidencia de casos notificados de tuberculosis descendió entre 2015 y 2019, pero a partir de la pandemia de Covid-19 la tendencia ha cambiado al alza. La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica y el Plan para la prevención y control de la tuberculosis en España muestra que en 2023 la tasa de notificación fue de 8,2 por 100.000 habitantes, un 11,4 por ciento superior respecto a 2021.

Esta incidencia varía entre comunidades autónomas. Cataluña (12,3), Galicia (11,2) y País Vasco (10,9) presentaron las mayores tasas en 2023. "Si se mantiene la tendencia actual, los esfuerzos realizados serán insuficientes para alcanzar los objetivos de la OMS", han reiterado los profesionales.

Aún no se dispone de datos publicados en España correspondientes a 2024, pero los informes preliminares en Barcelona, Madrid y Sevilla apuntan a que en 2024 continuó el aumento de la incidencia iniciado en 2022, con un cambio de tendencia de la complejidad social de los casos. En este sentido, tanto la SEE como fuiTB consideran que es importante contar con esos datos definitivos "lo antes posible" para completar y profundizar en el análisis de la situación.

Por ejemplo, en Sevilla, se ha precisado que la tendencia del indicador de complejidad social muestra un claro ascenso a partir de 2022, influyendo en ello factores como el bajo nivel socioeconómico, junto a problemas de salud mental, consumo excesivo de alcohol y de drogas, además de estar en situación de sinhogarismo.

Mientras, los expertos han señalado que en Cataluña, como posiblemente ocurre también en otras CCAA, se ha observado recientemente un brote en el que a partir de un caso complejo socialmente y con muy mala adherencia al tratamiento, se originaron 25 casos de tuberculosis secundarios.

Por ello, desde la SEE y la fuiTB han instado a poner el foco en el deterioro de las condiciones sociales de los grupos en situación de vulnerabilidad y asegurar siempre el cumplimiento del tratamiento de pacientes con lesiones pulmonares y gran capacidad de transmisión, incluido el aislamiento obligatorio en situaciones excepcionales.

Del mismo modo, han pedido que se valore si los recursos dedicados en la actualidad son suficientes y cuáles son las intervenciones más adecuadas en este momento para actualizar y reforzar los programas de prevención y control de la enfermedad, que han recordado que es prevenible y curable.

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