Los avances en el desarrollo de exoesqueletos domésticos para los menores con parálisis cerebral están mejorando de manera significativa la calidad de vida de los pequeños. Éste es el caso de Hugo, un niño gallego que, tras la donación de un individuo anónimo, acude a una clínica de rehabilitación en Pontevedra, informa Sara García.

Cada jueves por la tarde Hugo comienza una sesión de fisioterapia para poder subirse al exoesqueleto. La terapeuta ocupacional de Amencer, Cristina Coves, explica que "con los motores y las sujeciones que tiene" el aparato se adecúa "lo máximo posible a las necesidades del niño". Esto le permite dar pequeños pasos y jugar con su hermano como haría cualquier menor de su edad. La madre de Hugo, Beatriz Vilar, asegura que su hijo "está feliz y pide venir aquí casi a diario".

Los diez primeros minutos, con el exoesqueleto, la marcha es asistida, pero después es el propio infante el que tiene que esforzarse y caminar. El fisioterapeuta de Amencer, Pablo García, asegura que "es Hugo el que está haciendo fuerza, el dispositivo inicia la marcha y Hugo tiene que terminar el paso". Lucas, su hermano mellizo, le ayuda en su sesión de entrenamiento lo que hace que para Hugo sea más divertido.

En España existen 23 robots como el de este caso y, en este centro de Pontevedra, una donación anónima ha permitido que Hugo, que no ha caminado nunca, logre ponerse de pie.

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