Adornos dentales y piercings en la lengua: los graves efectos que producen en nuestra microbiota oral

Todas aquellas cosas que metemos en la boca y que nos son externas van a hacer que se modifique nuestra microbiota oral, o todo ese ecosistema de bacterias y de gérmenes que tanto nos ayudan para mantener una boca sana.

"Por ejemplo, si nos ponen un aparato, o una dentadura si somos abuelos, o bien nos hacemos un piercing. Un piercing en la lengua o en los labios es terrible para la boca porque modifica la microbiota oral, y no tiene justificación de salud. Estos adornos dentales, tipo fundas doradas, o adornos como brillantes, que por ejemplo Rosalía utiliza con frecuencia, y en definitiva, todo lo que metamos en la boca que sea un poco artificial ya modifica la microbiota oral. Hacerlo por estética es un grave error", advierte en este sentido la odontóloga especialista en ortodoncia preventiva, y dolor craneomandibular Eider Unamuno.

Ahora bien, esta experta, que ha publicado 'La boca no se equivoca' (RBA), sí considera que, aunque modifiquen la microbiota oral, el aparato y la dentadura postiza sí se necesitan por salud y durante una temporada en el tiempo por lo que su uso sí estaría justificado en este sentido.

Los poderes de la saliva

A su juicio, hay ciertos fluidos, como la saliva, que junto con la leche materna son "maravillosos": "Es indispensable para tener la boca sana, ayuda a que las mucosas estén hidratadas, mantiene la boca húmeda, trabaja para que no tengamos tantas caries, aparte de que, la saliva nos protege de las enfermedades de las encías, y ayuda a formar el bolo alimenticio y a comenzar una adecuada digestión, y nos protege frente a infecciones".

Recuerda en una entrevista con Europa Press Infosalus que, además, nuestro organismo varía la cantidad y composición de la saliva en función de las necesidades del momento: "La que se produce en la comida es viscosa y rica en proteínas, de manera que nos ayuda a reparar y a mantener la integridad de los tejidos orales; mientras que la que se da durante la masticación no es tan densa y nos ayuda a formar el bolo alimenticio y poder digerirlo y mantener el pH de la boca para que no se produzcan caries".

Se produce la mayor cantidad al mediodía, para digerir la comida, y disminuye a última hora de la tarde, según precisa. "La saliva procede de diferentes glándulas y por la noche apenas hay secreción de la misma. De media, al día, producimos entre 0,25 y 1,5 litros de saliva al día", apostilla.

Pero no queda ahí la cosa, según destaca Unamuno, puesto que también contiene vitaminas y gran cantidad de proteínas, sólo presentes en la saliva para unirse a las superficies de los dientes y así protegerlos de las fuerzas mecánicas o para remineralizarlos.

Con ello, advierte de que cuando disminuyen los niveles de saliva en la boca pueden darse consecuencias "nefastas", algo que sucede, por ejemplo, con la toma de algunos fármacos como los ansiolíticos, o con algunas enfermedades autoinmunes, pero también si respiramos con la boca en lugar de con la nariz.

¿Qué relación guarda con nuestra microbiota oral?

Con ello, preguntamos a esta odontóloga cuál es la relación de la saliva con nuestra microbiota, respondiendo que realmente que forma parte de ésta: "En la boca hay muchos microecosistemas. No son iguales las bacterias que tenemos en la lengua que, en la saliva, o en los dientes, y en las encías, o en la parte del paladar duro; cada superficie tiene sus bacterias específicas. En la saliva tenemos nuestro propio ecosistema de bacterias, entonces es una relación totalmente directa".

Subraya que en la microbiota oral, por ejemplo, se encarga de convertir el nitrato de las comidas en óxido nítrico, que ayuda a una mayor vasodilatación y a que tengamos una mejor circulación en los tejidos. "Son procesos químicos que el cuerpo no sabe hacer y estas bacterias de la microbiota oral nos ayudan", precisa.

Para cuidar de esta microbiota oral apunta esta odontóloga a la higiene oral, pero sin utilizar productos de amplio espectro, sino los respetuosos; y luego habla de la 'alimentación natural', aquella sin muchos químicos, a poder ser sin azúcares y con un equilibrio entre proteínas e hidratos. Ve esta odontóloga igualmente importante el consumir productos que sean duros de comer. "Esto sería para mantener la diversidad de bacterias en la boca necesitamos esto, mantener este ecosistema sano. No fumar, ni beber alcohol también es determinante", subraya Eider Unamuno.

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